miércoles, 22 de mayo de 2013

The Mavericks
In time (Universal, 2013)
Siempre a tiempo


*Autor: Jaime G. López "Desperdicios"

El grupo liderado por el cubano-americano Raul Malo está de vuelta con un nuevo disco que responde al nombre de In Time. Sin duda alguna, un grupo original desde su procedencia, la muy latina, pero poco dada a la música tradicional norteamericana, ciudad de Miami. A su estilo, una especie de híbrido entre el country (como fueron categorizados inicialmente), esa mezcla de sonoridades fronterizas como el tex-mex, y el carácter latino de sus ritmos y el que le impregna su cantante. (...)


The Mavericks son a Miami lo que los legendarios Los Lobos a Los Angeles, con quienes comparten no pocos parecidos, aunque ya se sabe que la banda de Cesar Rosas trabaja más los terrenos del blues.

Este nuevo trabajo es el primero que graba la banda (formada en 1989) tras su separación en 2003, tiempo que han dedicado todos sus componentes para poner en marcha trabajos en solitario o álbumes grupales. Quizás por ello este disco suene tan fresco, tan positivo, tan saltarín, pero también tan romántico y de baladas certeras que llegan a la primera escucha.

Se abre con Back in your arms again, percusión latina, ukeleles, trompetas, un órgano con reminiscencias de los 60, unas guitarras a la contra de corte skatalítico que nos hacen saltar en el sitio y, esa voz..., una mezcla de Elvis con el sentido operístico de Roy Orbison pasado por el timbre de un cantante latino. Chris Isaak sería otro referente, comparten maestros y, cada uno en su registro de voz, tienen la misma calidad. 


Canciones como Lies, Forgive me o As Long as There’s Loving Tonight podrían ser cualquiera de esos temas que Elvis grabó entre el 68 y mediados de los 70, con sonoridades muy trabajadas en instrumentación. Alma negra y ejecución blanca de unos instrumentistas enormes, con Robert Reynolds al bajo, Paul Deakin a la batería, Eddie Perez a las guitarras y Jerry Dale McFadden en los teclados.

Como ya habrás imaginado, querido lector, el terreno de las baladas lo bordan y en este disco dejan unas cuantas joyas. Born to be blue, apuntalada por ese acordeón fronterizo que refuerza su sonido latino, In another’s arms, con su tono de lamento entre Orbison y Sinatra, o Amsterdam Moon, que también enlaza con las canciones viajeras del viejo ojos azules. Respecto a esos temas de corte más latino, destacan Come unto me, de la que incluyen también una versión en castellano, con su guitarra twang de sonidos vintage, saxos, vientos, percusión, bongos y acordeón transitando por una suerte de Mambo con guiños al surf, y la voz de Malo convocando al baile. Fall apart, con su inicio a capella y los instrumentos siguiendo la voz, pronto entran las trompetas, acordeón y las guitarras sincopadas tras los vientos. Aunque en realidad todas las canciones de este trabajo están revestidas de esa pátina latina que se apuntala con vientos, acordeones, guitarras, órganos y los tempos utilizados. 

El otro elemento que caracteriza este trabajo son esas guitarras sincopadas muy presentes en todo el disco, las que nos llevan al baile mientras invocamos a esa primavera que no acaba de llegar. Es curioso, hace poco tiempo comentábamos viendo a James Hunter cómo los británicos tienen esos sonidos jamaicanos y caribeños más interiorizados que los americanos, y lo cierto es que este disco demuestra que estos chicos de Florida tienen aprendida la lección y saben cómo dotar de alegría y baile a su propuesta, vía los ritmos sincopados.  

En resumen, el tipo de disco de retorno que a toda banda le gustaría firmar. Un trabajo con cosas que decir, con sonoridades y arreglos extraordinarios y trabajados por parte de un grupo de grandes multi-instrumentistas y un cantante de los que marcan la diferencia, en plena forma. Han sembrado un delicioso trabajo sobre el que pavimentar un gran futuro. Una vuelta completamente a tiempo.
*Autor del texto: Jaime G. López "Desperdicios"
Suena la corriente: "As long as there's loving tonight" - The Mavericks



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