miércoles, 30 de junio de 2004

Somos viejos...

Santa madre de dios, pero qué mayores que estamos. Y claro, el tiempo pasa, poco a poco, pero rápido, y nos vamos haciendo viejos, muy viejitos.

Y llegan los achaques, los olvidos, la creciente decrepitud. Y no respeta a nadie este tiempo, ni altos ni bajos, ni gordos ni flacos, ni ricos ni pobres.

Pero claro, si encima eres rico, te puedes permitir cambiar tu agenda, no currar unos días, y además contar con el beneplácito de los afectados.

Y no, que yo no digo que no estés malito, que tu pinzamiento de espalda no sea real, pero qué ancianos que nos vamos haciendo, Duque Blanco.

Vamos, que el amigo Bowie ha suspendido su gira por estos lares.
¡Joder, no somos nada!



Suena la corriente: "Reality" - David Bowie

jueves, 24 de junio de 2004

¿Cómo pueden saber tanto de mí?

Leo en un suplemento del New York Times que publica últimamente El País (24/06/04, de pago), una entrevista a Christopher Ricks. Dicho personaje es catedrático de poesía en Oxford, de humanidades en la Universidad de Boston, tiene 70 años y acaba de publicar un libro, de nombre "Dylan’s visions of sin" que, efectivamente (y mira tú por dónde), no es otra cosa más que un extensísimo análisis sobre la letras de Bob Dylan.

Para Ricks, Dylan es uno de los principales poetas vivos de la actualidad, y lo incluye como uno más de los grandes entre los más grandes. Cierto que el gruñón de Minnesota ya ha sonado en varias ocasiones como candidato al nobel de literatura, pero su aceptación como poeta cada día se extiende más en ambientes de los llamados "cultos" o al menos "académicos".

Pero me interesa una frase que pronuncia el entrevistado hablando de los sentimientos que le producen muchas de estas canciones clásicas: "¿Cómo pudo saber Dylan tanto de mí?"

Porque eso es exactamente lo que muchas veces he pensado mientras saboreaba al gran Bob. Y a Springsteen. Y a Reed. Y a Murphy. Y a Cave. Y a Cohen. Y a Smith. Y a Young. Y a…
Seguid, seguid vosotros.



Suena la corriente: "I want you" - Bob Dylan

martes, 22 de junio de 2004

Tantas calles...

Siempre he disfrutado de la música como de pocas cosas en mi vida. Y lo que más me gusta es descubrir a gente que por alguna razón, simplemente me llenen. Me da igual que no sean el último quiebro definitivo de la historia del rock. Me da igual que dentro de unos años ni sus parejas se acuerden que alguna vez tuvieron una banda. No pido milagros. Pido que me hagan sentir.

Estar hoy en día al tanto de todo lo que sale me resulta difícil. Mis clásicos llenan muchas horas. Pero trato de dejar algún hueco para cosas nuevas. Y en estas estoy, feliz y contento (con el rabo en movimiento) mientras saboreo lo nuevo de alguien nuevo para mí, una gente de Filadelfia que atiende por Marah.

Y no, no son nuevos, llevan desde el 93, y su primera rodaja es del 98, y yo los he descubierto ya en la cuarta, calentita, calentita, que atiende al bello nombre de "20.000 streets under the sky".

Vale, vale, se me habían escapado, pero es que (como decía), uno no puede estar en todo. Pero oído lo oído, aún estoy a tiempo. Sí, sus canciones me recuerdan cosas, pero eso no me disgusta. Si esas cosas suenan a Springsteen (quien ha colaborado con ellos), a Graham Parker (qué buenos momentos me hizo pasar), a muchas guitarras americanas, incluso a Prince. Indagando por ahí, he leído que Steve Earle les grabó en su propio sello, E-Squared, y algo que me ha hecho gracia, cuando les han incluido en un supuesto estilo "Replacements conocen a Springsteen".

En fin, todos nombres que me saben a gloria.
Y sí, ya se, y a mí qué mas me da que no vayan a cambiar nada. Total, con el futuro que nos espera.



Suena la corriente: "20.000 streets under the sky" - Marah

lunes, 14 de junio de 2004

Ombligos

Una de las cosas mas saboreables cuando empieza a hacer calor es el festival de ombligos (femeninos son los que me interesan) que uno puede observar por todos lados. Porque sin llegar a ser un fetichismo con todas las de la ley, reconozco que ombliguero sí que soy.

No pretendo ponerme a hacer un tratado sobre tan singular cicatriz corporal. Simplemente los que me gustan suponen un disfrute para cierto sentido. Claro, que este impúdico exhibicionismo también tiene su lado negativo.

En nuestra oficina mandan las mujeres (como en tantas otras facetas). Tal vez porque el jefe no la comparte con nosotros, pero que mandan ellas es innegable. Y esa fiebre ombliguera consecuencia del calorcito hace que una minúscula camisetita de tirantes pueda servir de prenda de vestir. No, en principio no es mala idea. Pero claro, también son frioleras por genética (es que si no, no me lo explico), y no hay tu tía, pero el aire acondicionado está prácticamente prohibido.

Y yo con mi jodida camisa y mi más jodida corbata. Y las otras, con un mohín en los labios, preguntando que cómo puedo tener calor. Pues coño, porque vosotras vais medio en pelotas y yo como en el jodido invierno. ¡Y ni se me ocurra a mí aparecer con una camiseta de tirantes!

En fin, mañana me voy a mi querida Barcelona, y aunque no pueda disfrutarla y el Fórum me tenga encerrado entre sus paredes (nada de viaje de placer, trabajo, trabajo, trabajo), al menos espero que el aire acondicionado congele mis neuronas.



P.D.: Pues el señor Ian Hunter no tenía barriga, sus melenas (rubias) estaban en buen estado, y sus gafotas más chulas que un ocho. Y un delicioso repaso a un buen puñado de clásicos. Yo quiero envejecer así...

Suena la corriente: "Frío" - Alarma

viernes, 11 de junio de 2004

Ray Charles (23 Septiembre 1930 - 10 Junio 2004)


"Seguiré dando las gracias
con mi música"
Ray Charles



Suena la corriente: "Georgia on my mind" - Ray Charles

miércoles, 9 de junio de 2004

No les digamos que han muerto

No les digamos que han muerto.
No les dejemos para siempre la tristeza reflejada en sus ojos cada vez que vean el mar. No les dejemos que sus lágrimas salen aún más el agua que también les hará vivir.

Digámosles mejor que el mar les ha abrazado para siempre. Que el mar necesita tanto a los suyos, que a veces les llama para que estén junto a él, para que no se quede solo, porque como a ellos, la soledad y la oscuridad también le produce miedo.

Digámosles mejor que cada vez que salgan al mar, estarán más cerca de sus padres y hermanos, que les estarán cuidando, porque ahora ellos son cada una de las gotas que mojan su barco.

Digámosles mejor que el mar es la vida, que de él venimos, que de él somos. Que un mundo sin mar, solo tierra, no puede ser mundo, pero un mundo sin tierra, solo mar, siempre tendrá vida.

Cualquier despedida es difícil.
Pero hagámosla de otra manera.



Suena la corriente: "(Sittin' on) The dock of the bay" - Otis Redding

lunes, 7 de junio de 2004

Vieja gloria

Hay coincidencias que me encantan. Sin saber por qué, pueden llegar a encadenarse pequeñas tonterías, que juntas, alegran un día, una semana, un més.

Escribía el viernes una diatriba contra un mindundi del que no quiero seguir hablando, y la música que acompañaba la corriente era una vieja canción del viejo Ian Hunter. El sábado me entero que estará girando por aquí (el viernes día 11 en Bilbao, Kafe Antzokia), y esta mañana vuelvo a leer sobre él en los (buenos) papeles de Nando Caballero.

Bien, tanto tiempo sin acordarme de esta vieja gloria, y de golpe, en un fin de semana, me lo encuentro por todos lados. El que fuera líder de Mott The Hoople reaparece y se patea unos escenarios cercanos. Fantástica ocasión de echar un vistacito atrás. A esa banda que fabricó rock sudoroso a principios de los 70, que fue un estandarte del llamado glam-rock (machos heteros en un mundillo que jugaba a ser gay), que fueron producidos por Bowie, que influyeron sobremanera en los mismísimos Clash (admiración mutua, Mick Jones llegó a producir alguna rodaja de Hunter), y de la que salieron carreras como las del propio Hunter o la de Mick Ralphs, que les dejó para formar Bad Company.

Ni idea cual será el estado actual de Ian Hunter, ni idea del tamaño de su barriga y sus rizadas melenas, ni idea del estado de sus sempiternas gafotas de sol.

Ni idea, oiga, pero que me tomaré unas cuantas cervezas a dos palmos de él, eso seguro.
Bueno, al menos así lo espero.



Suena la corriente: "All the young dudes" - Mott The Hoople

viernes, 4 de junio de 2004

Miserable

Estimado Sr. Alfredo Sáenz (Vicepresidente y Consejero Delegado del Santander):

La verdad, estoy asombrado de lo listo que es usted. Vamos, porque no se ha metido a político, que si no tendría mi voto.

El caso es que esa estupenda idea que ha tenido usted sobre la necesidad de desmontar el estado del bienestar (que, por otra parte, ya es un eufemismo en sí mismo esta expresión), me ha sobrecogido. Eso de desmantelar la seguridad social, el subsidio de desempleo, otros subsidios, las horas trabajadas, la movilidad…, vamos, ideas más que brillantes.

Y es que es lógico que seres como yo, que alguna vez han tenido que cobrar el paro, acercarse a un hospital público, pedir créditos o ayudas oficiales, pues le produzcamos repugnancia. Y eso que he de reconocerle que estoy en una posición bastante acomodada, y provengo de una familia sin mayores problemas económicos. Que ya imagino que quien haya tenido menos suerte que yo en la vida, no es que le repugne, es que le dará un asco absolutamente inimaginable. Tal vez habría que gasearlos, ¿no?, para que no le acerquen malos olores, digo.

En fin, que propone esa ley de la jungla, esa selección natural, en la que el que no tenga sus 60 millones de euros en un plan de pensiones (que si la prensa dice que usted los tiene, pues entonces, y dada la calaña ética de personajes como usted, no dudo que será mucho más), pues que desaparezca.

En fin, se me ocurren muchas cosas que decirle. Pero prefiero callar. Y yo también tengo sueños. Muchos de ellos, no cumplidos.
Y uno de mis sueños más bonitos era haberle visto a usted (y acaso su familia), en un tren de cercanías, temprano en la mañana, en la estación del Pozo del Tío Raimundo, un jueves 11 de Marzo de, pongamos por caso, 2004. Una lástima, sí señor.



Suena la corriente: "Bastard" - Ian Hunter

miércoles, 2 de junio de 2004

Caudal

A pesar de que este río pueda parecer de un tiempo a esta parte menos caudaloso que en otras épocas, aún lleva agua (salubre o insalubre, eso es otra cuestión).

Supongo que la excesiva exigencia del trabajo, los más numerosos viajes (trabajo también, pero al menos me permiten descubrir cosas interesantes, aunque sean carreteras secundarias) y la mayor cantidad de cosas que compartir con Ella (que no las cambio ni por el caudal del río), influyen en algo. Luego también tendrá su importancia la crisis de la edad, tanto la mía como la de estas letras.

Y qué coño, es posible, simplemente, que no tenga nada que escribir, o que no apetezca mucho hacerlo por obligación.

Con lo cual sé que hay muchas cosas que cambiar, y que voy dejando. Como ese apartado "Busca en río rojo". Bien, debería desaparecer, ya que está completamente desactualizado, y además, desde que cambié el diseño ya hace bastantes meses, Atomz dejó de indexar las letras escritas (acaso porque dejaron de interesarle, quién sabe).

El caso es que buscar ahí no vale para nada. Pero hay gente que lo sigue haciendo. Y hoy mismo he recibido el informe de las últimas búsquedas, y eran Los Elegantes, Mermelada, Teixi.

Sí, por un momento me ha gustado, he pensado escribir sobre esos dos pedazos de grupos que en su momento llegaron a hacer sentimiento en forma de canciones rock, de ese pedazo de músico, J. Teixi, que tanto ha sudado por los escenarios.

Pero luego el ímpetu del caudal acuoso ha vuelto a descender. Y prefiero recomendar que quien no los conozca, los descubra (descubrir, una de las palabras más bonitas del diccionario).Y prefiero escuchar su música. Y prefiero estar en casa tiradito con Ella.



Suena la corriente: "Luisa se va (Louie, Louie)" - Los Elegantes