lunes, 13 de mayo de 2013

Iron and Wine
Ghost on Ghost (4AD / Nonesuch, 2013)
Aquí, ahora, igual no hay más


De alguna manera, siempre he pensado que el almíbar ha estado más que presente en la carrera de Iron and Wine y Sam Beam, incluso en sus primeros dos discos, aquéllos que grabados casi únicamente con su guitarra y su voz, en su propia casa, nos deslumbraron a más de uno. Sus susurros eran aliento en la oreja, por ponernos cursis. (...)


Repaso lo escrito en febrero a raíz del primer adelanto de este nuevo trabajo, Ghost on ghost, y reafirmo aquéllo de que su música es abrazable, o una invitación al abrazo. El sustrato pop siempre ha estado ahí, en sus melodías y en el núcleo estructural de sus canciones, las de antes y las de ahora. En la música y en la lírica. La diferencia puede ser que antes regalaba simples granos de azúcar, que a duras penas conformaban un terrón, y ahora una tarta completa. Y eso habitualmente nos lleva a las divertidas discusiones sobre si el disco es un truño o una obra de campanillas que marcará el año en curso. Y de aquéllas está habiendo unas cuantas.

No me ha costado entrar en Ghost on ghost porque caí desde la primera escucha. A estas alturas, nadie debería extrañarse por la evolución de Beam. Ya ha demostrado que su camino se escapa a nuestras predicciones, que si ahora nos ha ofrecido un compendio de soul-jazz-pop, mañana buscará otro afluente, sin que por mi parte vea distracción o duda en él. Existen extraños matices en sus obras capaces de conectar unas con otras.

Pero ya desde las guitarras acústicas sobre las que cabalga Caught in the briars y sobre todo los vientos que compactan la misma, pinchó en fibra sensible. El canto a la soleada California, tan sesentero, como los Beach Boys más azucarados, de The desert babbler derrumba muros emocionales, al igual que lo hace New Mexico’s no breeze, la pulsión funk de Low light buddy of mine o Singers and the endless song, el aroma jazz de Joy o el humo viciado de club nocturno en Lovers' revolution, o el puro pop de Grace for saints and ramblers y Baby center stage, entraron fácil.

Me encuentro en más de una ocasión desnudando las canciones, imaginándolas sin oropeles, con su antigua acústica en la cocina de su casa, y no pierden su esencia, pero tampoco las deseo de esa manera. Me gustan como están, en parte cercanas a un pop para adultos, no otra cosa soy yo, mal que me pese, pero más lejanas de lo que en un principio pueda parecer del easy listening. Belle & Sebastian, o yendo más atrás, incluso el Rumours de Fleetwood Mac, también jugaron con ello, y Ghost on Ghosts los evoca.

Sigue siendo la música de Beam abrazable, sí, o tiene la facilidad de causar ese efecto. Pero también he de reconocer que tiene un sentido coyuntural, de un aquí, ahora, y porque yo me siento así. Sinceramente, no veo Ghost on ghost dentro de un año girando sobre el reproductor.

Así que queda disfrutar el momento. Igual, no hay más.

Suena la corriente: "Caught in the briars" - Iron and Wine



5 comentarios:

  1. Acabo de quitarle la protección al vinilo. Impecable y exquisito, cada vez mejor, en mi opinión ya se encuentra entre los mejores de 2013.

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    1. Para mí, Sergio, creo que va a ser un disco circunstancial. No me veo al final de año con la emoción a flor, pero dejémosle ver cómo reposa...

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  2. Sr. Red River estaba esperando su opinión sobre este disco a la vista de mi opinión negativa que he ido esparciendo por la red.

    Estoy muy de acuerdo en muchas cosas y no tanto en otras.

    Que las canciones de Beam siempre han sido azucaradas es una verdad como un templo. Pero hay azúcares que dejan buen sabor de boca y otros que empachan. En este disco hay toneladas y de las empalagosas.

    Creo que no quiere usted decir eso, pero no me gustaría pensar que los detractores de este disco, muy fans del hierro y el vino, lo seamos porque el disco no es un easy listening...

    Vamos, que espero que -haciendo una interpretación perversa de sus palabras- no se diga que a los que nos desagrada este disco nos disgusta porque no tenemos paciencia auditiva, porque el disco requiere esfuerzo o porque, como dice usted, es un pop para adultos.

    Yo personalmente me considero un "adulto musical". Paciencia le he echado a este disco hasta la saciedad (básicamente porque amo la música de Iron and wine y me encantaría que me gustase). Me lo compré casi sin escucharlo y ya lleva unas 20 veces pinchado. Pero no entra.

    Claro que no es un easy listening, pero es que además, el disco no es bueno en mi opinión. Tiene temas horrendos, mediocres y, como ya le opiné a Joserra, compararlo con un Rumours, es un sacrilegio. ¿Hay alguna canción mala en el Rumours? ¿Alguna mediocre? En Ghost on Ghost hay de las dos.

    Tiene buenas mimbres, se vislumbran melodías maravillosas, pero el envoltorio ha matado la esencia. Los fans vemos el nervio, la raíz, pero justamente por eso nos duele más lo que se ha hecho con el disco.
    Pasó algo similar con el Long Player Late Bloomer del Gordito Sexsmith, pero aquel disco conservaba la identidad del autor más que éste.

    Justamente hoy recomendaba un disco en el otro blog hermano al Río Rojo, la Land de Joserra (por cierto mis dos blogs musicales favoritos),un disco que tampoco es easy listening precisamente.

    Back into the Woods de Ed Harcourt es un regreso a lo grande de este hombre. Disco sencillo, profundo y que requiere unas cuantas, muchas, escuchas para que llegue hasta la médula. Al principio promete, pero luego cumple.

    El Ghost on Ghost promete, pero no cumple.

    Un abrazo y me encanta disentir del Río Rojo, una referencia musical.

    Siento el rollo, pero me apasiona el debate sobre este disco. Y más en este blog maravilloso.


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    1. No, no, no, Mr. Meeple (no crea que no le esperaba, y no sienta el rollo, que no es tal, es su opinión tan válida como la mía), lo de que no es un easy listening no significa que necesite tiempo y usted no tenga paciencia, faltaría más. Mi uso de easy listening es el que identifica ese pop comercial, amorfo y dirigido simplemente a las ventas que copa las listas, los medios generalistas y las radio fórmulas. Aquí, y sus palabras lo atestiguan, estamos hablando gente que no buscamos en la música la satisfacción de la melodía de fondo, sino la melodía como propia forma de vida.

      Simplemente usaba la expresión para diferenciarlo de esas producciones, porque yo mismo acepto que es muy almibarado. Acepto que es una tarta, pero como en éstas, a veces empalagan y otras no. Y a mí, en este caso, no lo ha hecho.

      Por ello usaba yo las dos comparaciones. Belle & Sebastian, porque también tienen un concepto del pop que en ocasiones pasea por el filo del "hasta aquí he llegado". Y Rumours, por el contraste que en su momento supuso en la carrera de los Mac (y vaya, no recuerdo que Joserra lo comparara también con Rumours, me alegra coincidir...).

      Creo que la principal diferencia entre usted y yo está en las canciones: a usted le parece que el envoltorio las ahoga, y que en ocasiones ya han nacido ahogadas, y a mí, aun imaginándomelas desnudas, no me molesta tanto ropaje.

      Pero también dejo clara una duda: me parece que mucho me influye mi momento personal actual. Tal vez no debería ser así, pero este es vuestro/mi espacio, y no lo puedo, ni quiero evitar. Algo me dice que ese momento pasará, y con él, este disco. Por eso decía que aprovecho el momento, porque igual, después, no hay más.
      Ya una vez hablé sobre lo conveniente que sería hacer un Río Rojo paralelo, en el que con al menos un año de diferencia, revisemos de nuevo los discos, con la perspectiva que da el tiempo. Nos íbamos a reir... (y mira que les damos escuchas antes de escribir una sola letra).

      En cualquier caso, tampoco este año me está pareciendo una maravilla, pero no tengo muchas esperanzas de que Ghost on Ghost entre en las listas de fin de año.

      Eso sí, coincido mucho en lo que dices de Ed Harcourt, muy querido por estos ríos.

      Ya ves (el uso del usted era por que me encanta el Mr., pero me permito tutearte), de rollos nada, todo un placer contrastar opiniones contigo, y más placer aún cuando éstas son divergentes.

      Un abrazo fuerte.

      P.D.: y por cierto, soy de los que defendió, y mucho el Late Bloomer de Sexsmith, y lo sigo haciendo a capa y espada. Ese no pasó con el tiempo...

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  3. Joder, qué chapa he soltado. Al publicarse aún parece más rollazo.

    Lo siento :(

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