lunes, 18 de mayo de 2015

Burning / The Excitements
MAZ Basauri, Social Antzokia, Basauri (16/05/2015)
Nuestros sueños y desvelos


Quisieron una serie de condicionantes que no vienen al caso explicar ahora (pero sí que en otro momento apetecerá hablar de ello) que hace unas dos semanas terminara yo en una ciudad de Alemania dando una charla para estudiantes de español sobre la evolución del rock en España desde los tiempos de la transición. Tras comenzar comparando las explosiones punk que acontecían en Londres y Nueva York mientras aquí apenas se nos moría el dictador, comenzaba propiamente la presentación audiovisual con imágenes y sonidos de Burning.(...)

Porque muchos podemos considerarles padres de una manera de entender el rock que abarca años, generaciones y tribus. Una amalgama de lo que no es otra cosa más que una visión de la vida con la que no pocos congeniamos.

Y su presencia en un festival como el MAZ Basauri no solo engrandece un evento de esos manejables, necesarios, a celebrarse en tres fines de semana consecutivos, llevando el rock a las calles (Highlights y Los Brazos caldearon ambiente y carpa callejera), sino que atestigua que el mero hecho de estar no es lo único que aún hoy siguen ofreciendo los de La Elipa. Antes, ya entre los muros del entrañable Social Antzokia, la banda catalana The Excitements volvieron a ofrecer uno de sus shows de negrura bailable, que lo mismo exuda Solomon Burke por los cuatro costados (claramente su Sometimes too much ain’t enough) que chulería y feminismo con guiños a Tina Turner (ese Ha Ha Ha interpelando al público masculino sobre su concepto de las mujeres), y todo de la mano, del cuerpo menudo pero inagotable y de la voz potente y profunda de Koko Jean-Davies, que ejerce del huracán al que nos tiene acostumbrados en directo. Sin embargo, y a pesar de un excelente juego de luces, carecieron de esa suciedad cercana al garage que les hemos disfrutado en otras ocasiones, de un ritmo felino más ensuciado por la calle y el vicio que por los oropeles de un salón de baile. Y aún así, The Excitements pocas veces defraudan y caldear ambientes es algo consustancial a ellos.

Así que decíamos que Burning, Johnny Cifuentes y compañía, son padres con una visión de la vida puesta en práctica durante mucho tiempo. Tanto como esos cuarenta años que ahora andan celebrando (y recordando a los ausentes) y que les hizo participar en un concierto homenaje una semana antes en Madrid como base del documental que sobre ellos anda filmando, cómo no, Fernando Colomo. Y sin embargo, si todo se redujera a un mero revisionismo nostálgico, a un mirar atrás para recordar canciones y melodías que acompañaron muchos primeros besos, amores, desencuentros, tragos, sueños, pesadillas, rayas, pinchazos o abrazos, tampoco sería tan destacable, sin menospreciar pretéritas glorias. Pero es que Burning siguen funcionando con la máquina engrasada, con actitud y más que aptitud instrumental arropando la trayectoria de Johnny, y con canciones que no sólo rasgan y se enganchan a un recuerdo. Que un disco como su Pura Sangre de hace un par de años sea la columna vertebral del concierto y éste no se resienta para nada, no hace otra cosa más que hablar bien de canciones capaces de arrastrase entre gargantas rotas, entre el desgarro de Corre conmigo o el puro sentimiento de Águilas, cuando Johnny, consciente del momento que viven, besa emocionado en mitad de la canción a un Mike Slingluff siempre perfecto en sus notas de saxo nocturno. Sí, tiene que ser consciente del momento de la banda cuando las guitarras se enzarzan en una excitante conversación en Weekend, cuando se autodefinen en su inagotable Jim Dinamita, cuando recuperan su I’m burning, ritmos de boogie y trueno para un debut que anticipaba la historia, cuando reviven a sus Stones, porque, ojo, son suyos, en la directa Star Star, cuando sangran alcohol con sabor a Ginebra Seca, bailan Mueve tus caderas como una sencilla pero irrefrenable declaración de vida o nos indican que Una noche sin ti seríamos nada más que recuerdos. Canciones y más canciones.

Sí, oírle a Johnny es sentir a Burning, porque su forma de hablar dice tanto como sus canciones. Y estas, durante un par de horas, dicen tanto como nuestros sueños y desvelos. Por eso siguen siendo necesarios. Y por mucho tiempo.

Suena la corriente: "Una noche sin ti" - Burning


3 comentarios:

  1. El bolo fue sentado o de pie?

    Perdóname la frivolidad pero a este lugar viajaremos la próxima semana desde Burgos para ver a Mike Farris y tenemos dudas por si hay que entrar con mucho tiempo, en el caso de que sea con asientos sin numerar, o por el contrario es un bolo de pie, vamos como Dios manda.

    Gracias y un saludo

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    1. Hola, Nacho, no te preocupes. El bolo es de pie, como bien dices, como dios manda! Es uno de esos teatros multiusos en los que se pueden retirar los asientos. Así que la cercanía al escenario dependerá de ti.

      Un abrazo.

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    2. Muchísimas gracias por la info. Me has quitado un montón de nervios.

      Un abrazo, fenómeno

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