lunes, 17 de noviembre de 2014

The Allnighters vs. Dr. Feelgood
Izar & Star, Teatro Campos, Bilbao (14/11/2014)
... y Parte III


Hace ocho meses, enlazábamos dos entradas en este Río y dejábamos la puerta abierta a una tercera y fúnebre. En la primera, Jaime “Desperdicios” trataba de explicar lo sentido tras la primera vez que oyó las canciones de Dr. Feelgood y las guitarras de Wilko Johnson, en un bar (pocos grupos habrá tan unidos al bar), como debe ser en este caso, y de ahí saltado a buscar, a conocer, a sudar y a beber todos esos ritmos, todos esos sudores, todas esas borracheras. (...)

Un día después, en una segunda parte nada original, servidor revisaba un disco que deberá aparecer en multitud de esas listas de fin de año. Un Going Back Home firmado por Wilko Johnson y Roger Daltrey que suponía, en principio, toda una gozosa despedida  a quien había despertado en su día a “Desperdicios”, quien había volado la cabeza a servidor, quien había causado más de un problema hepático a miles de bebedores de las esencias rhythm & blues. Wilko Johnson se había negado a recibir agresivos tratamientos para su cáncer, y los doctores habían fijado fecha de defunción, que él citaba a base de sonadas actuaciones en vivo y el tremendo disco de marras.

Pero es que ocho meses después, encarando el final de este 2014, Wilko Johnson sigue alocadamente vivo, y, tras una operación, parece que con el milagro obrado de haber vencido al cáncer. Siempre existirán los suspicaces, pero aquel final que escribíamos, continuará… (aún sin fecha, la cosa es así), sigue abierto. Y nunca estaremos más contentos de poder cerrarlo con este ciclo Izar & Star, con los vitorianos The Allnighters celebrando la validez de Dr. Feelgood por la mera esencia de sus canciones, sin ninguna necesidad de lloros o recuerdos funestos a Johnson. Los que queramos mantener por Lee Brilleaux siempre será mejor mojarlos con cerveza.

Así que Iñaki Igu Allnighter y el resto de parrandas de alma negra y carné vitoriano se lanzaban a una desenfrenada revisión de su cancionero propio (tomado con el permiso de sus ídolos), centrado en aquel excelente e imprescindible recopilatorio Soulful Rhythm & Blues. Que te empapa de alma r&b a lomos de instrumentales (Halloween Boogie), soul psicótico (Like the devil), aires funk (Damn Sham), espíritu garagero (Keep on Keepin’ on, First I look at the purse), entre otras, o anticipando su última composición, el arrastrado medio tiempo lleno de soul-blues de Everything is changing

Y si en cada concierto del ciclo es aquí, en la transición del cancionero propio al homenajeado, cuando el grupo se llega a tomar un respiro, una toma de aire a bocanadas que puede enmascarar nerviosismo, The Allnighters no se permiten ningún tipo de descanso en su proceso de sudoración y casi llegan a empalmar su (y de Brian Auger) Black Cat con el soberbio y repetitivo Baby Jane, que antes grabara Otis Clay, vía los doctores. Y ahí radica el acierto, pocas bandas mejor elegidas para ser homenajeadas por The Allnighters, y pocas bandas mejor elegidas para homenajear a Dr. Feelgood, lo suyo es una continuación estilística, espiritual y rítmica, sin apenas saltos, escaleras que subir, contrastes afilados… Todo fluye bajo el mismo prisma espiritual. Tal vez en ello resida algún pequeño problema, si hubiera que ponerlo. Igu asume el papel doble de la cazalla de Brilleaux y la locura de Johnson, y si ambos son difícilmente abarcables en solitario, pueden ser muro infranqueable tratando de aprehenderlos juntos. Tal vez uno pueda notar ciertas fallas en la explosiva energía esperada, pero seamos también sinceros, nada importa ante canciones como el vicio nocturno que reivindican para un Bilbao que lo ha perdido en As long as the price is right, un Milk and Alcohol definitorio, el Going back home dirigido especialmente a Wilko, el trotón Take a trip, los saltos gozosos de That’s it I Quit… casi un homenaje al disco Be Seeing You, huyendo de temas clarificadores pero ampliando espectro hasta el Down at the doctors, o el citado directo a John Lee Hooker en Mad Man Blues.

Pero al auténtico fin de fiesta, escrito con quilates de oro, es ese vuelo de psicodelia funk que entrelazan Igu y el resto de Allnighters acompañados en el escenario por Sara Rubia Iñiguez a la grupa de Eddie Floyd y su Big Bird.
Sólo ellos podían hacerlo.

Suena la corriente: "I got nothing (but I feel fine)" - The Allnighters


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