martes, 9 de julio de 2013

Sabino Méndez, reeditado
El día que murió Marcello Mastroianni (Warner, 2013)


*Autor: Jaime G. López "Desperdicios"

Aunque no somos dados a realizar crónicas sobre reediciones de trabajos pretéritos, creemos que por lo inadvertido que pasó en su día este lanzamiento y por lo que supone (el único disco solista de uno de los mejores autores de canciones del rock patrio), bien merecía la pena este regreso al pasado, concretamente a 1997. (...)


Warner acaba de reeditar esta referencia, suponemos que al calor de la recuperación de varias de sus canciones en el último trabajo del alter ego sabiniano y viejo compinche de correrías, Loquillo.  

Este disco estaba llamado a ser el trabajo con el que Sabino Méndez no solo recuperara el estatus perdido como uno de los principales autores surgido de la década de los 80, sino también a ser el pistoletazo de salida de una carrera en solitario que murió nada más nacer y transmutó en una inconstante carrera literaria. Suponemos que en el fracaso de este disco tuvo mucho que ver el propio Sabino, pero las circunstancias que lo rodearon tampoco ayudaron. Echemos hacia atrás la manivela para poner en perspectiva este trabajo.

Tras la salida voluntaria, en torno al año 89, de Sabino de Loquillo y Trogloditas, tras las publicaciones de Morir en Primavera (su última colaboración en estudio) y el disco en Directo (que recogía todos los éxitos de su periodo y en cuya grabación ya colaboró marginalmente),  se produjo la desaparición de la vida pública de Sabino.  

Éste reaparecería casi diez años después, con la publicación de este disco. Para la grabación del mismo, mayoritariamente en directo, eligió la barcelonesa Sala Bikini. Escogiendo casualmente el día anterior a las dos fechas que Loquillo tenia reservadas allí mismo para la grabación de su directo Compañeros de Viaje.  Concierto en el que a pesar de haber sido invitado por sus antiguos compañeros de banda se negó a participar.

Llegado el día de la actuación, el ufano Sabino se imaginó que todos los suplementos culturales de los periódicos, no ya de su Barcelona natal, sino del resto del país, se harían eco de la vuelta del ángel caído. Lógica no le faltaba a la presunción, por desgracia los elementos se unieron contra el bardo con tan mala fortuna que la inesperada muerte del gigantesco actor italiano Marcello Mastroianni se cruzó en su camino. A la mañana siguiente al abrir los periódicos, se encontró con que no había una sola línea en las páginas culturales dedicada a su vuelta y todas estaban centradas en glosar la figura del actor italiano. Sabino ya había encontrado título para el trabajo que pretendía publicar recogiendo parte de esa actuación.

Ignoramos si la idea de utilizar dicha actuación en directo fue del propio Sabino o más probablemente consecuencia de presupuestos un tanto ajustados de la discográfica independiente que utilizó para su retorno: Al.leluia Records. Insigne casa que quebraría poco después de la edición del disco, provocando la muerte súbita tanto del mismo como del posible retorno de Méndez. 

Lo cierto es que seguramente lo peor del disco es la calidad de esa grabación en directo. A pesar de contar con un solvente grupo en directo, Los Montaña, originalmente también en el título del disco del que ahora han desaparecido, la calidad del sonido es mala y las canciones se resienten.

Para empezar es un disco excesivamente largo, quince canciones en la edición original (sin los bonus que ahora se añaden). Se trataba de la primera grabación en formato CD de un Sabino siempre dado a los excesos, y éste decidió utilizar todo el minutaje que el nuevo formato permitía. Para conseguirlo, no dudó en incluir desde acertadas revisiones ajenas como Demoliendo hoteles de Charly García y el Rock del portal, del muy influyente para su generación, Moris, o más de un desacierto, como esa más que criticable versión del Walk on the wild side de Albert Pla (El lado más bestia de la vida). Tampoco tuvo reparo en revisar su canción más emblemática y realizar una descarnada versión del Rock and Roll Star, en la que se permitía varias modificaciones a su totémica letra, no se sabe muy bien si para describir su caída en desgracia o más bien como ataque a su antiguo compañero (así el original “soy un chico de la calle / que vive su canción” se convertía en un “soy un tipo algo grotesco / vivo dentro una canción”).

Con todo, los grandes aciertos de este disco no pasan por estas versiones, ni las actuaciones en directo, sino por los cortes de estudio, con tratamiento de falso directo al incluir el sonido del publico al inicio y final de los mismos. Nos referimos a Gracias publico inteligente- Blues, Bajando de la fama (al fondo a la derecha), Libertad para arruinarse precozmente  o Bandera, sutiles ejercicios de estilo con un Sabino desgranando versos más adultos que sus himnos originales. Enlazando con el autor maduro que apenas pudimos empezar a intuir en algunos temas de Morir en Primavera como Magnolia o Domingo en mi Ciudad.

Mención aparte merecen los dos mejores temas del disco, Planeta Rock (éste en estudio)  y Sin novedad en el Paraíso, auténticos himnos sabinianos. No nos extraña que Loquillo los eligiera para ser recuperados en su reciente trabajo La Nave de los Locos. Sus letras, de las que ya nos hicimos eco en el artículo sobre el mencionado trabajo, revisan la situación del estado de la nación rock, con reflexionas propias sobre su devenir vital en estos años de ausencia.

El resto de sus canciones, registradas en directo, no acaban de despegar, en parte por las limitaciones vocales de Sabino pero también por tratarse de farragosas letras un tanto densas, que lastran el resultado final. Es el caso de Los Buitres de Santa Coloma, El compromiso social del artista o Princesa del Tatuaje. Curiosa resulta su aproximación a la canción de autor con tintes irónicos y humorísticos, con las mujeres como dardo de su verbo, en temas como Macarras y Muñecas y Enfermedades de transmisión sexual.

La actual reedición, además de renovar la portada, incluye un par de temas extras surgidos de la grabación en directo (El mundo necesita hombres objeto) y una maqueta (Sol) de aquella época, que también han sido repescados en los últimos años por Loquillo. 

En conclusión, un trabajo que de haber sido grabado íntegramente en un estudio y haber limitado su duración y repertorio a algo más estándar, por ejemplo diez canciones, podría haberse convertido en una obra de culto. O ya rizando el rizo, si hubiera tenido una discográfica solvente detrás haberse convertido en el inicio de una brillante carrera. Calidad en sus temas y revisiones más acertadas no le faltaba. 

Pero en fin, eso no fue lo que ocurrió. Y efectivamente, tras la poca repercusión del disco y la gira en minúsculas salas que le siguió, Sabino decidió dedicarse a la escritura en la que llevaba ya tiempo centrado. Y así en el año 2000 publicaba su primera obra literaria Corre Rocker, un trabajo en clave autobiográfica. En el que además de relatar sus adicciones, rehabilitación y los años de desaparición, dedicaba buena parte del mismo a dar su versión de su paso por los Trogloditas en clave ajuste de cuentas con el líder de su antigua banda.

Pero esto ya es otra historia que otro día les contaremos.
*Autor del texto: Jaime G. López "Desperdicios"
Suena la corriente: "Sin novedad en el paraíso" - Sabino Méndez



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