martes, 28 de mayo de 2013

Chelsea Light Moving
Chelsea Light Moving (Matador Records, 2013)
Como un jovencito rabioso


Aún sin saber si el parón de Sonic Youth es definitivo, como así parece indicarlo cada movimiento (o falta de éste), la tribu comienza de inmediato a tomar nuevas posiciones, que siempre han sido chicos algo más que prolíficos. Si Lee Ranaldo se aventuraba el año pasado por sendas más cercanas al pop (a su estilo), quedaba por ver el camino tomado por Thurston Moore. (...)


Su último trabajo en solitario, el más que estimable Demolished Thoughts (2011), creado junto a Beck, navegaba por aguas acústicas con toques tan melancólicos como psicodélicos. Muchos pensábamos que los 54 años que a día de hoy acarrea Moore tal vez le hicieran pasear durante una temporada alejado de la exploración eléctrica realizada durante tantos años por la banda madre. Pero si algo tiene este niño-adulto, es ese indisociable acercamiento congénito a lo inesperado por extremo. Así que nada de acústicas, reflexiones o estilismos adultos. Su inabarcable investigación de los límites eléctricos, las disonancias y los ruidismos lisérgicos son el vehículo más adecuado para ese mural de la subcultura pop americana en que se ha convertido su carrera.

Así que en compañía del guitarrista Keith Wood (Hush Arbors), el batería John Moloney (Sunburned Hand of the Man) y la bajista Samara Lubelski, y bajo el nombre sacado de la compañía nómada que formaran Phillip Glass y Steve Reich (Moore reconoce que no les pidió permiso para su uso, pero que si recibiera una demanda, al menos ésta sería de Glass y Reich, lo que no deja de ser atractivo), Chelsea Light Moving es su primer parto tras su Juventud. Y si heavenmetal supone un comienzo con toques pop, enseguida descubrimos que aparte de sus habituales juegos líricos, el disco exuda rabia y agonía. Cuánto de exorcismo emocional tras su divorcio hay en él, no queda explícito, pero sí patente. El espléndido inicio de Sleeping where I fall va endureciendo y ensuciando el sonido de sus guitarras, hasta llegar a esos arrebatos de feedback tan propios de los Youth. Pero es en el desarrollo de Alighted cuando descubrimos que la posible esencia hardcore queda sepultada entre un muro de guitarras propios del metal más oscuro, al igual que Empires of time. Y sin embargo, no son éstas las referencias que quedan tras su escucha completa, sino que uno puede recordar los momentos más ácidos y aturdidos de los Nirvana de su primer disco o las guitarras de Dinosaur Jr. Los esputos casi punk de Lip y Burroughs (a quien, evidentemente, está dedicada la canción, y por ende, casi todo el álbum, que el propio Moore describe como Burroughs-rock) se desenvuelven entre el spoken-word disonante de Mohawk o los juegos artísticos de Groovy & Linda y Frank O’Hara Hit, pero son definitivamente sellados por esa flema mayor que es el brutal communist eyes que crearan The Germs en el 79 y que se convierte aquí en declaración de principios.

Bien, no es Sonic Youth, ni tiene las texturas instrumentales que hicieron de ellos algo más que grandes, pero Thurston Moore demuestra que autocompasiones de corazones rotos no van a llevarle a él, precisamente a él, por los caminos de la reflexión sónica.
Mejor actuar como un jovencito rabioso con la experiencia de un cincuentón.

Suena la corriente: "Sleeping where I fall" - Chelsea Light Moving



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