viernes, 11 de enero de 2013

Las Pipas de la Paz
Descacharre sónico desde el D.F.



Para qué vamos a negarlo. Cuando Río Rojo comenzó allá por un lejano 2003 (sí, este año cumplimos 10, yo creo que ya podemos empezar a fumar y beber), el formato era mucho más personal, aunque la música empapaba todo cuanto se escribía, y tratábamos de bebernos la vida en acordes. Pero la repercusión quedaba encuadrada únicamente en el mundo cerrado de los blogs. (...)


Hoy en día, las redes sociales ayudan a que todo tenga mucho más recorrido, y sobre todo, a que sea más fácil el contacto con víctimas de la enfermedad del rock’n’roll allá donde se encuentren. Como en un apocalipsis zombie, el contagio es lento pero seguro.

Por eso, adoramos que unos tipos que descacharran su cerebro desde las cavernas de México D.F. se dirijan directamente al Río para darnos a conocer los síntomas que padecen. Cual consultorio médico, y ejerciendo de chamanes, escuchamos sus padeceres, esas pústulas que nacen por contagio con The Count Five, problemas neuronales fruto de conversaciones imaginarias con Sky Saxon y el Father Yod, trances psicóticos entre plantas de 13th Floor Elevators y ungüentos de Rudi Protrudi y demás males propios de unas vidas llenas de guitarras disonantes y farfisas anclados en un pasado que gusta más que el presente.

Estimados amigos de Las Pipas de la Paz, no, ustedes no tienen solución. Han caído irremisiblemente enfermos, el diagnóstico es claro, la evolución de sus síntomas no augura nada bueno. Viven en épocas pretéritas y su salud está francamente desestabilizada. Por ello, son gratamente acogidos en estas aguas, que de pureza poco tienen, ya que lo que nos gusta es la polución. Nocturna, diurna o sónica, pero la impureza de una música a los ojos de los demás, para nuestra sorpresa mayúscula, ya que nosotros la escuchamos y sabemos que de ella nace todo.

Rulo a la guitarra y voces, Pilo a la batería, Ramona (O’Farrill) al bajo y Paco a las teclas tienen bien aprendido lo que les vitamina y al mismo tiempo les machaca, esto es, sonidos que se sacian de la época gloriosa del garage, de la actitud descarada del punk, del do it yourself como programa, ya que pocos van a echar una mano.

Con dos EP’s en la calle, Las Pipas de la Paz (2010) y El mero basilón (2012), además de aparecer en el recopilatorio de bandas de garage mejicanas, Mundo Salvaje, editado por Rabia Teen Records, tienen el descaro y las ganas de diversión propias de otra época.

Y sabemos que, a nuestro pesar, no van a cambiar el mundo, que no va a torcer los renglones de la historia de la música, pero también sabemos que nos gustaría probar un poco de esa medicina que corre por las tabernas mexicanas y que ellos parecen controlar desde el descontrol.

Y esa es al fin y al cabo la esencia del garage.
Ojalá podamos compartir tragos!

Suena la corriente: "Now come baby now" - Las Pipas de la Paz

Las Pipas de la Paz en Soundcloud

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