martes, 17 de julio de 2012

Bilbao BBK Live 2012: Día 2
La noche de la contestación


En ocasiones, alguno de los momentos más interesantes durante la celebración de un festival está en los actos paralelos que se organizan en la ciudad, fuera del recinto oficial, y en horarios habitualmente mañaneros. No dejan de ser excusas perfectas para comenzar el día de otra manera, si el cuerpo te lo permite. O el trabajo, porque Eli Paperboy Reed anticipó su participación en el Bilbao BBK Live a las 12:30 de un viernes en pleno centro de Bilbao. (...)


Ante una concurrencia nutrida pero sin excesos, él mismo reconoció que habían llegado de viaje apenas unas horas antes, e incluso se preguntó qué hacían a esas horas tanto él como nosotros sobre un escenario o frente a él. Pues ni más menos que una matinal soul, como eran tan habituales en los barrios negros americanos los domingos por la mañana de hace ya bastantes años. Y a pesar de la hora, estuvo simpático, comunicativo, entregado y mucho más funk que en anteriores ocasiones. Acaso la ausencia de vientos le lleva a esos ritmos, o por ahí vaya a tirar su próximo LP del que presentó varios temas, y, a pesar de las dudas que genera (desde el principio de su carrera) en algunos adictos a la música del alma, continúa demostrando que es un intérprete más que digno. La sesión fue óptima para encarar la mañana con espíritu renovado.

Ya por la tarde, las dos primeras bandas que tuvimos la oportunidad de ver demostraban claramente la diversidad de asistentes a un evento de estas características. Por un lado, Noah & The Whale congregaban a la inglesada más jovencita del festival, y vestidos como para una boda, comenzaban su set de folk-pop inocuo y exento de riesgo, ese que tanto gusta por las islas. Así que tras apenas quince minutos dirigimos nuestros pasos en busca de terrenos más sólidos y acordes con nuestras características. Y las angelinas Warpaint tenían por contra un público más maduro, más barbudo. Vamos, más nuestro. El padrinazgo que sobre ellas ha ejercido John Frusciante se hace notar. Y modositas ellas en escena, con algún problema técnico al principio, se lanzaron a repasar sus dos referencias, el EP Exquisite Corpse y el larga duración The Fool. A pesar de su imagen cándida, saben crear ambientes adentrándose en los vericuetos del shoegaze, aunque a la larga tal vez resulten algo planas.

Había expectación por ver a Mumford & Sons. O al menos hago una traslación de mis propios deseos. Tal vez más que a Radiohead (vuelvo a trasladar mis deseos, y sé, que si se reparten hostias, me puedo llevar unas cuantas). Pero es lo que hay. Su disco de 2009, Sigh no more, resultó refrescante, aunque la tardanza del próximo, que por fin se editará en septiembre, auguraba cierto miedo escénico. Y en escena es donde cumplieron con creces. Tal vez los numerosos cambios de formación (llegaron a variar entre 5 y 10 personas sobre las tablas) rompían algo la continuidad, pero su folk, mucho más centrado en los ambientes del delta del Mississippi que en la tradición musical de su Inglaterra natal sonaba compacto y conseguía respuesta adecuada del público. No pueden evitar sus pintas de hooligans, y sin embargo, convencen.

Mientras The Kooks concentraban el posterior interés, uno, de natural espíritu a contracorriente, prefería disfrutar de Bigott. Y mira por donde, también estaba lleno (es lo que tiene reunir a 40.000 personas). Y no nos resistimos a repetir una de las frases más habitualmente utilizadas a la hora de referirnos a Biggot: si en lugar de Zaragoza viniera de Estados Unidos, muchos estarían perdiendo la cabeza por él. Su mezcla de rock, psicodelia y blues con gotas de folk o pop tiene un punto de locura, incrementado en escena, que le convierte en una de las propuestas más interesantes de la escena actual nacional. Ni más ni menos.

Four Tet han abierto en varias ocasiones para Radiohead, y aunque su gastronomía no sea habitual en nuestra mesa, sus anunciadas influencias de kraut y Sun Ra nos llamaron la atención. Y perdimos. Una sesión de oscura electrónica para dar paso a los cabezas del festival, Radiohead.

Pues a ver qué digo. Los comentarios compartidos y leídos les atribuyen un éxito rotundo en un show compacto. Hombre, no niego ninguno de ambos adjetivos. Salvo que yo mantenía la esperanza de una actuación más orgánica, y fue electrónicamente potente. En ausencia de otros grandes hits, sí pudimos disfrutar de Paranoid Android o Everything in its right place, con el interludio de Thom Yorke interpretando el After the gold rush, pero dedicamos parte de nuestro tiempo a socializar con Radiohead de fondo. Es la verdad. Aunque, como siempre, me puedo excusar en que acudíamos al otro festival.
Y un último apunte. No fueron los únicos que lanzaron diatribas a lo largo de las tres jornadas por la paupérrima situación a la que nos han llevado políticos y financieros. Pero Yorke sí fue explícito hablando de tomar las calles y atacando a los bancos. Claro, que en un festival que lleva las siglas de un banco en su nombre, resulta cuando menos pintoresco.

Sin embargo, coincidimos al cien por cien con Yorke.

Suena la corriente: "Little Lion Man" - Mumford & Sons

2 comentarios:

  1. Anónimo3:19 p. m.

    Pues debiste ver la banda anterior a bigott son de Colombia y se llaman Amos y los Santos....tuvieron un sonido impresionante y yo q siempre busco sonidos nuevos me tope con unas guitarras afiladas y letras cojonudas e inteligentes,lejos de barbudos y niños indie,esto es lo q hay q buscar en un festival...bandas q aporten algo nuevo a la escena musical....muy de la mano con vetusta morla,los chicos de Colombia con poco publico salieron al stage con uno de los mejores directos q he visto en los últimos años....asi q no digas q buscas cosas nuevas,xq realmente te perdiste de algo bueno,por ver las mismas bandas dd siempre.
    Salut

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    1. Esto es lo malo de los festivales, el tener que elegir. En ese momento, mi duda era entre Amos y Los Santos y Warpaint, y para bien o para mal, opté por éstas, que nunca había visto en directo, y lo que había escuchado me resultaba interesante. Coincidieron en hora, y más con el retraso que tuvieron ellas.
      Y no me arrepiento de haber visto a Bigott. También era la primera vez, y no me decepcionaron.
      Ay, las dichosas coincidencias!

      Un saludo

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