miércoles, 23 de mayo de 2012

The River
El único disco por el que he hecho cola


Fueron varias horas en la cola. No recuerdo el mes. El disco era de finales de 1980, pero en aquellas épocas se publicaban en España más tarde que en el resto del mundo. Hubiera jurado que hacía sol, calor, y yo lucía mis mejores mangas cortas. Pero ya sabemos que la memoria es un territorio que en ocasiones vuela solo. Sí recuerdo la emoción. Estaba haciendo cola, y no era el único. Diez o doce personas nos saludábamos en la calle, frente a Kentucky Discos, en Fernández de los Ríos, Madrid. (...)


Tendría 15 años. 16 si lo de las mangas cortas fuera cierto. No era la primera vez que hacía cola frente a una tienda de discos. Ya había adquirido alguna entrada para algún concierto. Esos primeros conciertos que incluso tenían el sabor de lo transgresor, por familia, época y música. Esos primeros conciertos que nunca olvidarás. O sí. Mi memoria, esa infiel, me dice que el primero, primero, fue David Lindley en Rock-Ola. Ah, mi jodida colección de entradas lo verificaría, si no fuera porque varias ciudades, varios países, varias mudanzas, dieron al traste con ella. Mi primer concierto en serio, en sala oscura y con tradición. La presentación de El Rayo-X. Joder, y era el del falsete de Stay. Pero juraría que antes ya había ido a otros conciertos, algún festival, algún aire libre. El Concierto de Primavera en la escuela de Arquitectura fue en 1981. Supongo que aún no había tenido lugar. Al homenaje a Canito no fui por problemas familiares. Hijo, cómo vas a ir a esas concentraciones de gente rara. El 23-F me pilló comprando entradas en Discoplay, en aquellos sótanos de la Gran Vía, junto a Redondo, un compañero de clase, para ver a la Orquesta Mondragón, sí, la del principio, la de Popotxo y Jaime Stinus. Bueno, bailan las fechas. Pues venga, David Lindley fue el primero. Qué mas da.

Yo seguía en la cola de Kentucky Discos. Y llegaba la hora de comer. Salió el chaval que atendía. Joder, ni idea de cómo se llamaba. No nos ha llegado aún, pero no os preocupéis, lo hará esta tarde, o mañana. Yo os guardo una copia. Sí, por mis cojones, una copia. Yo no me acuesto esta noche sin tenerlo. Nada de una entrada, la primera, y última vez, que he hecho una cola de varias horas para tener un disco en mis manos. Bajo ningún concepto me iba a acostar esa noche sin pinchar el disco de marras en mi plato. No había negociación posible.

A casa a comer, y sobre las cuatro, otra vez a la cola. Los diez o doce de nuevo. El tío de la tienda no daba crédito. Serían las cinco y media cuando llegaron. Dios, aquello era emoción. En media hora iba a estar en casa escuchándolo. Lo hice. Una y otra vez, cada una de las cuatro caras del doble vinilo. Ese golpe de caja con que comienza todo. Hasta que a las tres de la mañana, mi padre, en bata, me dijo que no podía seguir escuchando esa música a esas horas.

Leo crónicas de sus conciertos de estos días, a la espera del que yo veré en unas semanas. Y siempre recuerdo aquella cola. The River. El primer disco de Springsteen que compraba el día de su lanzamiento.

Jamás seré capaz de describirlo canción a canción. Destriparlo en un texto. No, no soy capaz. Me resultaría sacrílego. Para mí. No entro en si es el mejor. Eso son terrenos íntimos. 
Pero jamás podré describir aquella emoción. 
De hecho, más de 30 años después, soy consciente de que jamás he vuelto a sentir aquella emoción.

Suena la corriente: "The ties that bind" - Bruce Springsteen



8 comentarios:

  1. Hoy lo has clavado Jose.¡Si pensaba que estaba leyendo al Pérez Reverte!
    Posiblemente, si no fuese porque en aquellas fechas apenas tenía cuatro años, me hubiese apuntado sin dudarlo a esa cola.

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    1. Glups, madredelamorhermoso, Perez Reverte! Tendré que revisar mi estilo... ;)
      Hubieras sido bienvenido a esa cola, aún con cuatro años!

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  2. Excelente recuerdo. Y ahí le has dado, eso del mejor o el peor es muy subjetivo con ciertos artistas, al final siempre el valor lo da el corazón y el recuerdo. A mi esa emoción que describes me pasó con el Darkness, y posiblemente sea la peor reseña que he hecho de algún disco, me supera describirlo. Saludos Red River

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    1. Darkness, por razones de edad, no lo compré cuando salió, sino poco antes del The River. Por eso el Río tiene ese significado especial. Por sus propias características, y porque sí fue el primero que compraba en el momento de su lanzamiento.
      Ahora bien, no puedo elegir entre uno u otro.
      Saludos.

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  3. Que buena historia, yo solo he hecho algo parecido por un artista que me encantaba en mi primera adolescencia, Mike Oldfield, fue en Ritmo, en Fernandez del Campo, yo y otros dos tíos no nos movimos hasta que llego el disco "Discovery", era el 84 y costo 725 pelas.
    Un abrazo.

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    1. Son pecados de adolescencia, claro. Nuestro fanatismo se ha atemperado con la edad. Ya no creo que hiciera cola por nadie.
      Bueno, y también influye mis problemas de espalda!!!

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  4. Le tengo muchas ganas a The River en la Land, si que me atrevo pero necesito tiempo: para mi concretamente es uno de los discos fundamentales en mi formación como persona, Hard Rain, Bat/Hiru,Hautzi Da Anfora,Hejira, Damm the Torpedoes, 16 lovers Lane, Essence,Just a Strory from Anerica, en esa Liga. Sobrepasan todo, están como dice eith en los huesos.Qué bonito recuerdo has hecho!

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    1. Sé que tú si te atreves, Joserra.
      Así que ya está marcado en la agenda: lo espero.
      Un abrazo.

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