lunes, 15 de septiembre de 2003

Azkena Rock Festival : Crónica de una emoción

De una cosa estoy seguro: dentro de dí­as, semanas, meses, el recuerdo de los momentos vividos y sentidos durante el festival lo irá elevando a la categorí­a de momento único en mi vida. Como en todas las cosas, el impacto que producen depende de una conjunción de elementos difícil de precisar, pero que en este caso fueron especiales.

La organización corrió un riesgo bastante grande por el tema de hacerlo al aire libre y el tiempo en Euskadi a mediados de Septiembre. Pero el mundo es de los que se arriesgan, ellos lo hicieron, y ganaron.
Una auténtica gozada el sitio, aunque siempre habrá alguna crítica, que es de suponer sirva para alentarles.
Teniendo en cuenta las dimensiones que han alcanzado comparado con el del año pasado, casi podemos considerarlo el primer Azkena Rock Festival, y como tal, fue un auténtico exitazo, que nos llegó al corazón a muchos.

Mis comentarios no pretenden ser una crítica sesuda ni nada parecido, simplemente una puesta en palabras que sirva para recordarme por mucho tiempo lo vivido.

Ah, y gracias a ella sabe quién, y toda su gente, por compartirlo "todo" conmigo.

Viernes 12: La noche de la Iguana

Con un calorcito y un sol envidiables, nos pasamos a media tarde por el recinto, cuando acababan de empezar LA SECTA. Los de Santurtzi tuvieron que enfrentarse a la incomodidad que supone el actuar tan pronto, tan corto y tan rápido. Con un show algo deslavazado, cumplieron el desagradable papel de aperitivo.
JASON RINGERBERG se enfrentó a similar problema, pero por la manera de dar saltos, moverse y desgañitar su country-punk, no parecía importarle. Sus Nashville AllStars trataron de recoger el espíritu de los añorados Scorchers, y recordando ahora mismo el "Broken Whisky Glass", parece que lo consiguieron.
Vuelta a deshacer el camino que separaba ambos escenarios, con parada refrescante de por medio, para saborear al BEN VAUGHN COMBO con su rock de raíces americanas y una sencillez tanto musical como en escena que ayudaba a reafirmar que el rock es primeramente sentimiento.
El día empezaba a oscurecer, y los momentos álgidos ya se presumían.
De vuelta al escenario Azkena (algo más pequeño que el otro, pero con momentos muy entrañables en mi recuerdo), los JAYHAWKS iniciaban su enésima actuación por la península (aunque yo aún no había tenido el placer de verles en directo). Con un sonido más potente que en disco, desgranaron un buen pedazo de un repertorio que empieza a ser muy grande (tanto en cantidad como sobre todo en calidad). Sin duda, de los mejores momentos del Festival.
Ya con la noche cerrada (como no podía ser de otra manera tratando de quien se trata), Lux Interior y Poison Ivy daban la cara al frente de sus CRAMPS. Su psico-billy puede llegar a resultar algo repetitivo (arg, no dudo que habrá quien me quiera matar por decir esto), pero energí­a no les falta. Ahora bien, el numerito final de Lux, con la ropa hecha jirones, botellas rotas, bafles tirados y casi desnudo, siempre será polémico. De tanto hacerlo, queda algo circense. Hace unos 10-12 años, les vi en Valencia, y aquella vez se rajó los pies con cristales, poniéndose de sangre hasta arriba. Cuesta creérselo, por esperado. Pero claro, si alguna vez no lo hacen, siempre les lloverán crí­ticas sobre si se han entregado o no.
Lo que sí está claro, es que en un festival de este tipo, te pueden gustar más o menos los participantes, pero cada uno tiene su pequeña joyita a la espera. En mi caso, la emoción de ver a CRACKER me poní­a los pelos de punta. Recuerdo mi viejo vinilo de su primer disco y su "Happy birthday to me" que me dedicaba en momentos de baja autoestima. Y me preguntaba cuánta gente conocería a este pedazo de grupo. Comprobar en Vitoria que éramos muchos los que disfrutábamos de su música, de esos maravillosos riffs y melodías, de la banda en pleno, sin que nadie sobrara, hací­a que la espera todos estos años para verles en directo hubiera merecido la pena. No, no me dedicaron el "Birthday", pero a cambio se marcaron un aperitivito para el día siguiente con una versión de "Victoria" que me supo a gloria.Este diario no es otra cosa que un desagüe para mis emociones, así­ que gritaré todo lo alto que puedo que amo a este grupo. Literalmente.
Y llegaba el momento de la auténtica estrella del cartel. IGGY POP en persona, pero no con una banda cualquiera como cuando le vi hace años, sino con THE STOOGES, su banda. Demostró seguir siendo una auténtica bestia de la naturaleza (no me atrevo a decir que humana, porque tengo ciertas dudas sobre si no es un ser de otro planeta), y su concierto fue corto, intenso y energético. Servidor estaba ya un poco hecho unos zorros y tal vez no me identifiqué plenamente, e incluso me molestó que repitiera canción (extraño en un cabeza de cartel), pero siendo ésta "I wanna be your dog" tampoco se lo tuve en cuenta.
Por lo que a mí­ respecta, fin de la primera parte, que aún quedaba otro día enterito.

Sábado 14: La noche del Dandy

Para las 17:30, y mientras algunos aún no habían empezado a desperezarse de los efectos de la noche anterior, ya estábamos en el recinto, con poquita gente, porque querí­amos ver a JET LAG. Su disco "Beautiful scars" suena realmente bien, y en directo no decepcionaron. Tienen las bases y el ritmo para ser importantes y codearse con gente foránea. Verles sentaditos en el césped y a la sombra de unos árboles nos hizo acreedores de alguna simpática diatriba del cantante, pero estoy seguro no nos lo tuvo en cuenta.
El haber ido tan pronto por el interés de Jet Lag hizo que no me perdiera una de las actuaciones sorpresas del Festival, THE CHERRY VALENCE. Formación con dos baterías, gente muy joven, y si cerrabas los ojos, podías imaginar cómo debí­an sonar los primeros Led Zeppelin hace ya varias décadas, en lo primerito de su carrera. Pero esta gente tení­a personalidad propia como para asumir sus influencias de buena gana. Habrá que seguirles la pista.
THE JEEVAS trajeron al festival ese aliento tan especial que tienen los tríos. Y despejaron dudas sobre si eran un simple grupo pop, dejando sentado que sus raíces son tan guitarreras como las de cualquier emisor de certificados de autenticidad, que de éstos los hay por todos lados. Además, quien es capaz de marcarse una versión del "Have you ever seen the rain" de la Credence y no la desmerece, siempre tendrá mi aprobación. Muy buenos.
Cada cuerpo necesita su descanso, y yo aproveché la actuación de HERMANO para el mío, que la noche aún era larga.
Además quería disfrutar a conciencia de Teenage Funclub, una de mis debilidades. Había quien no entendía su presencia en este festival, por ese halo de grupo indie-pop que muchas veces se les ha otorgado (etiqueta que, por otro lado, no tiene por qué ser peyorativa, y me vienen muchos nombres a la cabeza). Pero sus armonías de guitarras y voces enlazan directamente con los Byrds o Big Star, y no creo que nadie en su sano juicio pusiera pegas a nadie de estos. Demostraron una vez más (ya lo hicieron cuando les vi hace años junto a Nirvana), que saben conjugar el mejor pop y el mejor rock con auténtica sutileza. Un gustazo.
STEVE EARLE habí­a actuado hace menos de un mes en Bilbao, pero en esta ocasión se presentaba con banda, The Dukes. El viejo oso (que ya no lo es tanto, parece que últimamente se anda cuidando bastante) sigue estando en forma, y desgranó grandes clásicos personales y piezas de su magní­fico "Jerusalem", dando un repaso de cuidado al amo del mundo, Mr. Bush. Lástima que no pude centrarme del todo en su actuación, seguiré teniendo una deuda pendiente con él, pero tras su lacónica despedida, "I'll be back", espero pueda ser saldada lo antes posible.
THE HELLACOPTERS no parecen estar atravesando su mejor momento de forma, pero de que son capaces de desparramar energía a mansalva por cada bafle, no hay duda. Su hard-punk-rock tuvo la guinda final de contar con la cantante Texas Terri (por lo que oí­, que yo no estoy seguro) haciendo una versión del "Search & Destroy".
Y de nuevo el turno para la estrella del día, un dandy de los primeros días de todo este sentimiento que nos ayuda a vivir a muchos, RAY DAVIES sin sus Kinks, pero con banda (aunque tras sus primeros 20 minutos acústicos, pensé que nos escatimaba la energía que atesora en eléctrico). Poco se puede decir de quien es autor de "Sunny afternoon", "All day and all of the night", "Lola", "You really got me" y cientos más, salvo que está en todo su derecho de tocarlas y nosotros de oí­rlas, que es lo que querí­amos. Y lo digo porque en algún periódico hoy he leído que le llamaban cobarde y populista por dedicarse a los viejos temas. Pues bienvenidos sean la cobardía y el populismo si eso me permite volver a escuchar en directo una de las mejores canciones que se han escrito nunca, "Victoria". Cuando empezó, creí­ que iba a volar.
Y tal vez lo hice, porque de los DICTATORS solo atendí­ tres canciones, aunque como ya les conozco en directo (es que, sin ser tanto como ellos, ya soy perro viejo), no dudo que lo que hicieron en el escenario fuera realmente eléctrico.

Hasta el año que viene

Porque todos vamos a esperar que se confirme este Azkena Rock como una de las fechas claves para quienes necesitamos de estos sonidos. Confío en esta gente (me lo han demostrado) como para que el festival no se decante hacia una sola tendencia, sino que sea abierto (como lo ha sido en esta edición), con un elemento común a todas las bandas: el sonido de guitarras.
Vi una camiseta (no estoy seguro de si era la oficial), que en la parte delantera ponía ROCK, y abajo, "The power of guitars". Ese poder viene de un buen punteo, de un buen riff, de una buena distorsión, de una buena melodía, de una raí­z ácida,... De todo ello ha habido este año.
Y por soñar para el año que viene, solo apunto un par de nombres que ya me están quitando el sueño: ¿TOM PETTY en Vitoria? ¿NEIL YOUNG a 10 metros de mí?
Ah, soñar es tan barato...................

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