martes, 26 de mayo de 2015

Ilegales / Enemigos
Nunca digas nunca jamás


*Autor: Jaime G. López "Desperdicios"

Con esto de las giras de despedida hay que andarse con mucho cuidado. Si uno opta por informar al finalizar una gira que la banda o el proyecto de turno ha finalizado, corre con muchísimos menos riesgos que anunciar a bombo y platillo una gira como la disolución definitiva.(...)
Entre otras cosas los seguidores más incondicionales se pueden sentir engañados cuando pasado el tiempo se opta por la reunificación crematística para una gira. Conozco un caso de quien tuvo que comprarse una nueva entrada para el show extra al anunciado como último concierto de Los Enemigos. Al agotarse el papel para la fecha anunciada se decidió añadir una nueva un día después. Aquel amigo quería presenciar el hundimiento del Titanic, así que finalmente tuvo que hacerlo en dos entregas. A día de hoy reniega de la banda, de su vuelta y de su nuevo disco. Como los preferentistas de Bankia, se siente estafado. Sin llegar a posturas tan extremas no deja de sorprendernos que dos de las bandas más correosas, auténticas, contestatarias y de inviabilidad comercial congénita (nunca la buscaron, ni rebajaron su fórmula para encontrarla) decidieran simultáneamente anunciar sus últimos conciertos a bombo y platillo. Parece que los motivos eran diferentes en cada caso. En el de Josele y cía, la cosa según a quien le pilló bastante por sorpresa, parece que el motivo era el desgaste de la fórmula conjunta y el temor a la repetición en bucle. En el caso de Jorge Martinez… bueno, quién sabe que rondó por ese cerebro tan saltarín, pero parece que en su caso el motivo principal fueron inquietudes musicales para proyectos alejados de la órbita Ilegal. ¿Y no se les ocurrió a unos y a otros
que tan sinceros motivos podrían acabar por dejar de ser tan importantes y la vuelta de proyectos tan trabajados una inquietud o necesidad vital y musical? Pues se habrían ahorrado cierta credibilidad perdida por el camino, aunque ya sabemos que esto no es valor en alza en el cada vez más salvaje mundo de la subsistencia musical.

En el tiempo discurrido entre despedidas y retornos, ambos líderes (y alma mater de sus respectivos históricos grupos) han aprovechado para lanzar trabajos en solitario y explorar territorios alternativos. Por un lado, Josele publicaba entre 2004 y 2008 tres trabajos (Las golondrinas etcétera (2004), Garabatos (2006), Loco encontrao (2008)), que culminaba en 2011 con Lecciones de vértigo (2011), notable trabajo donde la fórmula en solitario cristalizaba en su mejor versión y se mostraba especialmente iluminado en temas como Sol de Invierno, El Lobo o Fractales. Tanto, que cuando se anunció la Revuelta Enemiga a nosotros nos sorprendió un poco, debido al gran momento de forma (en términos compositivos) que mostraba en solitario.

Mientras tanto, Jorge Martínez se concedía el capricho de recrear sonidos vintage de referencia para él. Si en su primer trabajo homónimo, Jorge Ilegal y los Magníficos (2011),  se encargaba de modelar con gran fidelidad boleros, cha cha cha y otros ritmos latinos de las viejas orquestas, en 2012, con El guateque del hombre lobo,  se acercaba a la primera oleada de rock en castellano que adoptaba al primigenio rock'n'roll, el twist y los sonidos pre-Beatles. En ambos trabajos, Jorge Martínez no solo recreaba añejas sonoridades (con su conocida maestría a las seis cuerdas), sino que se permitía incluir creaciones propias desarrolladas en la clave de sendos trabajos. Como él mismo defendía sobre dichas formas musicales pretéritas, 'Joder, esto debería enseñarse en las escuelas!'.

Entre finales de 2014 y principios de 2015 ambas bandas han vuelto con sendos trabajos de estudio y lo curioso es que en ambos casos parece que se han colado algunos elementos de esas escapadas en solitario para integrarse en la banda madre. Demostrando que la escapada o la interrupción no fueron en balde, que aparte de oxigenar la propuesta tras dejarla descansar, era necesario coger nuevas materias primas para renovarse.

Los primeros en disparar (en esta particular dupla de coincidencias que nos hemos creado) fueron los Enemigos quienes con Hombre que calla, Estrella fugaz, Mare Nostrum y Perra Tuerta se zambullían gozosos en esas letanías cocidas a medio tiempo que uno podría colocar sin ningún problema en los surcos de Lección de Vértigo. Que Josele siempre ha comandado la nave Enemiga es claro, aunque con la inclusión de estos temas uno deduce que ya no hay divergencia entre su alter ego enemigo y el loco encontrao. Por cierto, obviamente no falta en este trabajo la electricidad más contundente que se asocia a la banda. Como Santos Inocentes, con la que abrían su reciente gira a pleno golpe de vatio avasallador, o Vida inteligente y Aflicción, todas ellas llenas del savoir faire Enemigo y que parecen paridas y grabadas cuatro meses después de aquel Nada con el que se despidieron en estudio. O esas canciones con sorna y lúcida crítica tanto a sangrantes casos de la reciente crisis (como la dedicada a la estafa comunal de las preferentes) con Firme aquí  o esa letra de Cementerio de Elefantes que nos ha eclipsado con esa especie de (auto)crítica ante la no renovación de la escena que ve a los dinosaurios volver (He sido mil veces Don Juan Tenorio / he sido Elvis en esta ciudad / Hoy soy el rey del bar del tanatorio / Último bastión de dignidad). Un trabajo que si uno decide no buscar comparaciones con tiempos pretéritos iniciáticos, se salda con un notable bien ganado y que sin las urgencias de cambio de dial de estos tiempos gana con las escuchas.

No tan redonda es la vuelta Ilegal. Y es que parece que aunque Jorge atesoraba un buen puñado de canciones maceradas desde hace tiempo, al llegar al estudio prefirió tirar por la calle más próxima e improvisar un repertorio buscando más la frescura y la inmediatez en su nuevo trabajo, en vez de tirar de gran reserva. No obstante aquí también encontramos ciertas canciones que maman de las cadencias bailarinas de su escapada Magnífica como El Souvenir o, en menor medida, Vivir sin novia ni reloj. Inevitable, Martinez no abandona esa sorna asturiana que le caracteriza en temas como Regresa a Irlanda, donde se despacha a gusto, o en ese nuevo himno Hipster que nos retrotrae a su declaración de principios a primeros de los 80 sobre los hippies, ya sabemos, los mismos perros pero con diferentes barbas, pero Jorge Martínez está aquí para avisarnos de sus peligros. Y, por supuesto, sigue fiel a su sonido e idiosincrasia en temas como La Mala Hierba y el Voy al Bar.

Concluiremos por tanto que la mejor noticia de la despedida de ambas señeras ha sido su regreso y por muchos años...




1 comentario:

  1. En parte es cierto eso de la ultima gira de ... y sentirte estafado ya que siempre o casi se vuleve por algo tan necesrio como el dinero. de los ultimos trabajos de los 2 grupos es que no molestan ni perjudican a su leyenda pero tampoco son para lanzar cohetes

    ResponderEliminar