miércoles, 24 de septiembre de 2014

The Tripwires
Kafe Antzokia, Bilbao (22/09/2014)
Tipos fantásticos con guitarras


Uno podría tener la tentación de pensar que es algo normal, que teniendo el pedigrí musical que atesoran los cuatro tipos subidos a un escenario en una lluviosa noche de un lunes de un casi otoño, la cosa tendría que salir por obligación rodada. Pero nada más lejos de muchas realidades que uno puede llegar a encontrarse. Nada ha de indicar que los que ejecutan la música, viniendo de donde vienen, vayan a vivirla como si fuera su médula espinal y de ella, por ello, dependiera su estabilidad. (...)

Nada, o, una vez escuchada, todo, lo indica. Será una idea peregrina, sí, lo sé. Pero es una de esas muchas ideas sin base que se agolpan en esta cabeza desquiciada. Haciendo la música que hacen, y, lo principal, haciéndola como la hacen, ese power-pop que encaran con pura intención vital, con puro ansia de perdurar y desengrasar, han de ser buenas personas. Y esa es la pinta que tienen, cuatro amigos a los que ves encima de un escenario y con los que luego te tomas una caña. Y claro, le dices a John Ramberg que recuerdas cuando le viste en este misma ciudad hace años con sus Model Rockets, y que le viste aquí al lado, en Durango, con Minus 5, junto a Scott McCaughey y Peter Buck, y el tío reacciona como si quisiera darte un abrazo, cuando eres tú el que lo querrías hacer. Y, bueno, vaya, que lo haces. O le dices a Jim Sangster que también le viste aquí abajo mismo, con tus queridos Young Fresh Fellows (de nuevo McCaughey) y se emociona igual. O con Dan Peters, también visto aquí abajo con Mudhoney. O con Johnny Sangster, escudero de Roy Loney… Sí, serán un supergrupo, y deberían cubrir con categoría hicieran lo que hicieran. Pero muchos supergrupos no lo hacen. Muchos pisaescenarios no lo hacen. Estos tíos, The Tripwires, se patean diez salas, diez ciudades del Estado seguidas, sin un día de descanso, y no tengo la menor duda de que en cada una darán lo mejor de sí. Porque lo suyo es una actitud vital.

Y lo mejor de sí es ese espíritu eterno del power-pop, del acontecimiento de vivir en base a unos simples acordes eléctricos, como si los Beat de Paul Collins fueran, en Production Sedan, como si los Nerves volvieran a vivir justo a dos metros, Get Young, como si los Beatles siguieran ofreciendo sus eternas enseñanzas, I hear this music, como su aún quien esto escribe tuviera dieciocho años para ir a ver un concierto de Squeeze, (Something in a) Friday Night… A ver, es sólo el ejemplo del inicio, de un recorrido que no tuvo ni momento para el respiro ni para la nostalgia, porque todo está vivo aún. Y te sueltan un Owner / Operator que es puro pub-rock, y recuerdan a Bobby Freeman y su C’mon and swim, y no se olvidan de los Model Rockets con Ditched at the Grand Illusion y el soberbio pelotazo de melodía que es Hitchhiker Jane, y repasan sus tres discos, Makes you look around, House to house y Get Young, y demuestran que son unos enormes guitarristas en Waiting for the snow, y cierran como deben cerrar, volviendo a la esencia de un Crawling from the wreckage de Rockpile que lo deja todo claro.

Como dijo nuestro querido Iñaki, tipos fantásticos con guitarras.
Clarísimo.
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Suena la corriente: "Get Young" - The Tripwires


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