
Tres tipos deciden rockear por el mero placer de hacerlo. Hace poco más de un año escribíamos esto tras ver en directo al Lee Perk Trío en un garito de playa. Tras haber compartido con Lee Perk otros escenarios, otras aventuras, otros sonidos, uno sigue teniendo la premisa de marras como máxima definitoria. El placer de agarrar una guitarra, un bajo y una batería y extraer todos aquellos sonidos que nacidos en los 50 y los 60 hicieron de nosotros lo que somos. (...)
Esa, y no otra, es la directriz de Alfredo Niharra, alias Lee Perk. Un tipo que lleva muchos años en la escena bilbaína, que anda metido en mil proyectos, de los que no podemos obviar, por excelencia y actualidad, su guitarra en The Fakeband, que exuda amor por los cuatro costados hacia una música que en sus cuerdas y manos parece tan sencilla, tan cercana, tan abrasadoramente amigable que uno no atisba a entender cómo puede haber alguien que no caiga prendado de ella.

Cómo si no entender un disco que se abre con un country-pop que es una pura invitación a la vida y a la reafirmación personal, When I want to sing a song I write one. Es una filosofía tan sencilla que desarma. Lástima que no todos tengan esa capacidad. Así que no queda otra más que esperar a que siga haciéndolo, que siga queriendo cantar y componga para ello, y nosotros podamos seguir soñando simplemente con esas canciones. Capaces de corretear entre el Lennon más querido, el que acariciaba el piano como lo hace Lee Perk y que no hubiera hecho ascos a la deliciosa Above other things. O un Lee Perk que se adentra por el corrosivo ácido que hizo del soul música eterna, como en Memphis, o por el pop acústico de Guardian, que lo mismo guiña a McCartney que a Donovan, o recupera de su anterior disco, Picture, el aire a balada fifties de la preciosa Stuck in between, que canta nanas como Childhood dreams, recuerda el espíritu del Elvis melódico en Gram’s room, la ensoñación de Born to be free (también recuperada de su antiguo cancionero) o The New Aguilas, y capaz de terminar con el toque psicodélico de Smart world for a cheerleader.

Y como no podía ser de otra manera, jugar a recordar las fuentes, ya sean éstas el Peggy Sue de su mentor espiritual Buddy Holly o el Take out some insurance de Tony Sheridan, el I’ll be back de los Beatles o la fuerza de Eddie Cochran.
Un tipo que logra transmitir el placer que él mismo siente. Y nosotros que no podemos sino agradecerlo.
*Compra el disco contactando directamente con Lee Perk o a través de tu dealer habitualSuena la corriente: "When I want to sing a song I write one" - Lee Perk
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