viernes, 19 de octubre de 2012

Mumford & Sons
Babel (Island Records, 2012)
En manos de él?


Resulta llamativo cómo dando un repaso a varias reseñas (la mayoría foráneas, todo hay que decirlo) del nuevo y segundo disco de los londinenses Mumford & Sons, Babel, la sensación que queda es la de decepción mitigada con algunos puntos positivos. Y la verdad, no sé muy bien por qué. Creo que este Babel me ha hecho disfrutar, y a su manera, me ha sorprendido más que su debut. (...)


Tal vez porque tampoco me acercaba a él con excesivas expectativas. Tal vez porque ese folk abigarrado, con un pie en la esencia americana vía banjos y otro en la rudeza tabernaria de los pubs ingleses me gusta, pero sin apasionamientos. Y sin embargo, Babel logró entrar desde un primer momento. Esas historias trufadas de pecados y sus pecadores, dios en todos lados, luces salvadoras y reinos venidos y por venir, cuando son entonadas con el sudor humano de la caverna bajo tierra, suelen tener un poder hipnótico. Que me lo digan cientos de bluesmen, soulmen o predicadores de lluvia y barro como Nick Cave.

Superado ese (posible) escollo, uno se enfrenta al segundo disco de una banda que casi lo consiguió todo con su debut Sigh no more. Una banda que en los tres últimos años no ha parado de girar y que incluso ha ido presentando muchas de estas nuevas canciones en no pocas ocasiones. Ay, la tabarra con el segundo disco. Personalmente, siempre he pensado que ese segundo disco no es en el que debamos valorar la posible evolución de un artista. Un quiebro radical en su recién iniciada trayectoria no tiene que tener por sí mismo el valor de lo positivo. Puede suponer una desorientación afectiva en sus seguidores, e incluso un desconocimiento del camino a seguir. Por el contrario, entiendo el segundo disco como la posibilidad de comprobar si la enjundia prometida en el primero era real, si había carne para seguir alimentando la parrilla (en cualquier caso, siempre hay obras que reafirman y otras que refutan este punto de vista).

En el caso de Babel, sí parece haber más carne, y en algunos casos, con cortes mejor conseguidos. Ya dejaremos la evolución para más adelante. La voz de Marcus Mumford y la pinta de hooligans que gastan en directo contrastan con canciones como la inicialmente intimista Holland Road (y esos pasajes tan, tan Seeger Sessions Band cuando entran los vientos), el ambiente de Ghosts that we knew, la preciosa Lovers' eyes o la sentida revisión del The Boxer de Simon & Garfunkel. Y encajan de lleno en la épica de estadio de Babel o ese himno de pub que es I will wait. Y explotan definitivamente en los predicamentos de púlpito de Hopeless wanderer y Broken crown.

Pues sí, Babel me parece más compacto, con más grasa (de la sabrosa) que Sigh no more. Ya que llegue a las cotas de éste, estará en manos de Dios.
O eso pensarán ellos.

Suena la corriente: "Holland Road" - Mumford & Sons



3 comentarios:

  1. Yo también me he quedado un poco sorprendido por las críticas que ha recibido el disco, hablando de su estancamiento y de su casi final. A mí, sin ser tampoco un superfan de la banda, me ha gustado.

    saludos

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    1. Me da la impresión, que más que en el caso del nuevo de Band of Horses, había mucha gente con la guadaña preparada desde bastante antes de que saliera el disco. Somos así, y no se puede evitar. Pero no coincido, Babel me parece un muy buen disco.
      Salud!

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  2. Me parece un buen disco, y sigo reafirmándome en que mejor que el primero. No hay evolución, pero tampoco entiendo que se les exija de golpe en este trabajo. Y sí, entra muy bien.
    Saludos.

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