martes, 24 de abril de 2012

Ben Kweller
Go Fly A Kite (The Noise Company, 2012)
En la soledad del coche


Es lo que tiene ser un niño prodigio. Y si no un prodigio, al menos ser un mocoso que ya con ocho años tocaba guitarra, batería, hacía sus pinitos con el piano y componía sus primeras canciones. Que si con 14 años montas una banda alternativa, Radish, y con 16 dejas tu casa en Texas para girar por Europa, siempre vas a ser escrutado de una manera especial. Es éste un niñato más, o tiene realmente algo que decir. (...)


La experiencia de Radish pasó pronto, y Ben Kweller pudo centrarse en su carrera en solitario. Y ahora, con 30 años, sigue teniendo carita de niño encantador, pero lleva ya a sus espaldas cinco discos, producción más sólida que muchos creadores de edad adulta. Y en este Go fly a kite retoma la senda del power-pop que iniciara con Sha Sha en 2002. Su anterior disco, Changing horses (2009) había supuesto un no tan sorprendente cambio de registro, porque las influencias country-rock siempre habían asomado entre sus acordes, pero nunca había realizado una obra tan centrada en esos sonidos con base en Austin. Y sin embargo, no pudo evitar sembrar su country de gotas de puro pop, como en la pegadiza Fight, uno de los hits de este Río en 2009.

Ahora recorre el camino inverso. Vuelve a las joyas pop que le llevaron a emparentar con los Bens, como llamaron a las giras que realizó conjuntamente con Ben Folds y Ben Lee, otros creadores de golosinas pop, pero mantiene esos ecos country, en Full circle, con un piano punteando de nostalgia toda la canción, o You can count on me, finalizando el disco. Y cerrando un círculo (...puedes contar conmigo...) que abre con Mean to me (...no sabes lo que significas para mí...), un power-pop bien emplastado con los sabores propios californianos y que remite directamente a The Smithereens; que continua con la E Street Band o los Heartbreakers más poperos en Jealous  Girl o el romántico vals de Gossip. Y que también es capaz de bailar con las aristas de una Steve Miller Band dejando una joya propia de los 70 como Free, o The Rainbow y Time will save the day, que disparan directamente a lo mejor de los 80.

Vamos, que Ben Kweller no inventa nada. Pero todo lo que toca mantiene sus orígenes y está barnizado con su propia pátina personal. Y posiblemente, a un disco de power-pop no hay que pedirle mucho más. Que sea capaz de inocular una serie de melodías de esas que volverán recurrentemente a lo largo del tiempo, que sea capaz de alegrar una temporada que la grisura del ambiente se empeña en oscurecer.

Y la música, nómada de nacimiento, gana muchos enteros en movimiento. Y Go fly a kite pasa con creces el examen de la soledad del coche en cualquier carretera.

Nota: Ben Kweller estará en el Azkena Rock Festival 2012, el sábado 16 de Junio

Suena la corriente: "Mean to me" - Ben Kweller


No hay comentarios:

Publicar un comentario