viernes, 10 de febrero de 2012

The Fleshtones
Kafe Antzokia, Bilbao (09/02/2012)
Tacones cubanos y lentejuelas


Sota, caballo y rey. Pero vaya sota, vaya caballo y vaya rey. Porque quien se acerca a ver a The Fleshtones en directo ya sabe lo que se va encontrar. O debería saberlo. Las oportunidades de verles en escena no son pocas, y quien más quien menos, iba prevenido. En mi caso, era la sexta vez que lo hacía, y si bien nada me sorprendió, eso no quita para que una vez más lo disfrutara.(...)


The Fleshtones son casi una anomalía en el terreno en el que se mueven. Continúan paseando su frat-rock, su filosofía de surf y garage-rock salpicado de sudores soul (siempre he pensado que su nombre, Los Tonos Carnosos, es un maravilloso ejemplo de fusión total entre su música y su identidad) con la primigenia intención de pasarlo bien, de celebrar una fiesta salvaje e interminable, de darle a la vida un sentido esencialmente lúdico. Llevan ya 36 años como banda y con un único cambio en su formación, la del bajista original Jan Marek Pakulski por Ken Fox, en el 92, lo que hace a este último uno más de la partida por derecho propio. Los demás, Peter Zaremba, Keith Streng y Bill Milhizer pasean sus casi 60 años como si fueran jóvenes gamberros. Al menos una cosa tienen a su favor: no han engordado, a pesar de que Zaremba ya pinta canas y bigote no han perdido el pelo y siguen manteniendo una imagen primorosa. Así que se asemejan a unos casi abueletes que no han madurado (para qué!) y que siguen pensando que la música y la noche son una pura fiesta.

Cierto que todo esto se repite en cada uno de sus conciertos, que ya nada es sorpresivo y que pudiera parecer parte del circo. Pero esto importa poco cuando no se les nota que lo hagan con desgana. Continúan tocando casi más tiempo entre el público que en el escenario, continúan haciendo su numerito de flexiones en el suelo, continúan corriendo y saltando de lado a lado cuando están sobre unas tablas de generosas dimensiones y continúan terminando el show a los acordes de American Beat (ya convertido en todo un clásico), paseando hacia la salida con el bueno de Bill cargando un tambor de su batería. Eso sí, esta vez no llegaron a la calle, que fuera los cero grados en los que nos hemos estancado amenazaban la salud y ya no estamos para estos trotes.

Todo este show puede ensombrecer la música, que por momentos queda relegada a un segundo plano. Pero cuando se centran, ahí están esas guitarras lacerantes, esa fantástica sección rítmica, el Farfisa de Zaremba, y las voces de éste y de Streng. Y en esta ocasión sonaron más sucios que las últimas veces que les había visto.

Acaso tenga la culpa su disco del año pasado, Brooklyn Sound Solution, que sorprendió por su crudeza, por el excelente repaso a versiones clásicas u oscuras (Day Tripper de los Beatles o I can’t hide del jamaicano Ken Parker) o por grandes composiciones propias como Bite my soul o Solution #1 y #2. Pero es que contaban con la colaboración del eterno Lenny Kaye, algo más que la mano derecha de Patti Smith y original compilador de la serie Nuggets, que les aportaba esa base rasposa que confirmó una vuelta a sus orígenes más eléctricos.

Es obvio que ir a ver a The Fleshtones es esperar desbarre y fiesta. Pero también sentir que el garage nació entre los jóvenes de las fraternidades universitarias, entre cervezas y surf, entre alcohol y drogas. Y que esta música tiene un componente primitivo que enlaza con nuestra identidad más animal y con el rock’n’roll más crudo, aquel que nos hace decir que se jodan los demás, que este mundo está tan malito que al menos yo, durante un rato, me olvido de él.

Volverán y volverán a hacer lo mismo.
Y yo volveré a verles, y volveré a pasarlo en grande.
Simplemente porque me gusta este juego.

Suena la corriente: "I can't hide" - The Fleshtones


10 comentarios:

  1. Ciertamente los Flehtones siguen siendo un buen motivo para pasar una noche divertida, alguna recerdo compartir contigo y estos chicos. El año pasadoles vi en La sala el Sol y por cierto que Ken Fox intento cambiarme la camisa en una de esasmezcolanzas con el público...quizás debi haberlo hecho solo por negociar luego con algún superfan una recompra. Este año se me paso ir el día 3 porque se me junto con otro concierto, ¡no se puede estar entodos los sitios!, Saludos

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  2. Atikus, ver a los Fleshtones siempre me recordará a ti. Si me con seguiste aquel paquete de Lucky Strike firmado por los cuatro tras una juerga con ellos en La Vía Láctea en Madrid! Son buena gente, sí señor.

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  3. Lo mejor contra la crisis, una buena inyección de ritmo y desenfreno, administrada por un enfermero con botines azules ¡Qué suerte! y ¡Qué envidia! Yo les vi en el 2008, (http://juliomadhatter.blogspot.com/2008/04/vini-vidi-vindicated.html) pero entonces todavía Peter Zaremba no se había dejado bigote, aunque me llamó Billy y casi me hizo hacer flexiones.
    Un abrazo.

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  4. Mad, su pinta de predicador con pelo cano y bigote es fantástica!
    yes, party!

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  5. Creo que es el grupo que más veces he visto en directo. Siempre me lo he pasado en grande con sus directos, incluida esta última gira, aunque tuve la sensación de que a Zaremba se le notaban más los años que al resto de la banda. Desconocía lo de Lenny Kaye del último disco. Saludos.

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  6. Sí, Johnny, Zaremba parece tocadito, pero no para en todo el concierto. Claro, que a su lado Streng siempre ha parecido un chaval!
    Prueba el último disco, está muy bueno.

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  7. Lo tengo, y también un single que han sacado que quiero postear cuando me acuerde y que incluye inédito detrás un homenaje a Ramones cojonudo. Se titula "Remember Ramones" que la tocaron en esta gira en pleno jolgorio del concierto.

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  8. Anónimo9:03 p. m.

    Atención al dato; soy Wodehouse, la de Los Peripatéticos y debo decir primero que tu crónica del concierto y las fotos son alucinantes. Los zapatos azules le costaron en su tiempo 20 euros y son de Pepe Malone, para el que le gusten, después debo decir que quedé con unos amigos de pamplona que no vinieron y por tanto estuve sola viendo a los flesshtones en el Sol y creo que ha sido el dia más divertido de mi vida. Son unos gamberros incorregibles.
    Después del show se ocuparon de hacer su propio merchandising y me firmaron el disco y Peter zaremba se empeñaba en despeinarme la melena, unos gamberros!

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  9. Hola Wodehouse, encantado de nuevo y gracias por los comentarios!
    Mientras atendían el merchandising, ya le dije a Streng por cuanto me vendería sus botines. Me miró como diciendo "antes muerte!".
    Cualquier concierto de ellos significa rock'n'roll y fiesta.

    Un abrazo!

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