jueves, 27 de noviembre de 2008

Regalando canciones

Regalaba el otro día una gran canción del bueno de Escovedo. La regalaba porque era mía. Y por tanto puedo hacer con ella lo que quiera. Me apropio de las canciones que me gustan, porque nunca he dudado de que quien las graba lo hace para ello. Pasan a ser mías, las regalo, las medito, las tiro, las lloro, las río, las quiero o las odio.


Y en aquellos días de celebración, mi buen Ángel nos regalaba también una canción. Yo sé que hace con ellas lo mismo que yo. Se las apropia, y por ello valoro el gesto como lo que representa. Nos la regalaba a Ella y a mí, y nos invitaba a bailarla, sin descanso. Él, gran disfrutador de las peripecias del viejo padre Dylan, sabía que esta canción tradicional había sido transformada (y apropiada a su vez por el viejo Dylan, que también sé que hace con las canciones lo mismo que nosotros) con ese fin.

Me hace soñar Tell Tale Signs, porque cualquier disco de rarezas y descartes del viejo padre Dylan es comparable a la obra cumbre de la mayoría de los otros. Hay unos, muy pocos, y los otros. Así son las cosas. Están unos, y estamos los otros. Y aquellos nos ayudan a seguir bebiendo.

Y sí, por eso, por el viejo padre Dylan, por mi buen Ángel, bailo día y noche con la chica de la orilla del Río Rojo.
Y al igual que el viejo,
I wish I could have spent every hour of my life
With the girl from the Red River Shore
.


Suena la corriente: "Red River Shore" - Bob Dylan

2 comentarios:

  1. ESTA CANCIÓN COMO CROSS THE GREEN MOUNTAIN SON OBRAS MAESTRAS!

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  2. Esta MAESTRO tiene tantas OBRAS MAESTRAS!!!!!!

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