miércoles, 5 de septiembre de 2007

Golpeándome con mi bastón (¿rítmico?)

Supongo que lo mejor es dejar pasar unos días prudenciales, no para asentar lo visto y escuchado, sino para ir poco a poco guardándolo en la memoria (lo que uno decide que merece la pena) y disfrutarlo cuando apetezca.(...)



Lo mejor de todo, como siempre, la gente que lo comparte contigo (y eso que el Erickson me regaló el Starry Eyes, como dice la convencida desconvencida y los Gurus estuvieron soberbios, y las Furias furiosas y divertidas, y Los Coronas toreros de oreja y rabo, y los Diamond Dogs son enormes, enormes, y Two Gallants la envidia de dos colegas tocando lo que les gusta, y los Cynics no envejecen, y los MC5 sí envejecen, y los demás, de todo un poco).

Pero llega el mazo de la realidad diaria y todo vuelve a tener contornos y aristas. Sentir música siempre me hace ver las cosas oníricamente difuminadas, y me gusta (no, no creo que sea únicamente culpa de la cerveza).

Y aquí estoy, midiendo las aristas de mi casa, mientras la paseo a pasitos cortos ayudado por un bastón que usó hace años mi abuela. Un mal paso dado hace dos semanas, mi aversión atávica a los médicos (es que he pasado por las manos de demasiados) y supongo que el no cuidarme me obligan a tener ahora un lustroso pie en alto (permanentemente, dicen, pero ya, y cómo voy al baño?).

No se qué del ligamento lateral.
Yo, tratado como un vulgar futbolista? Pero cómo voy a confiar en ellos (los médicos, digo)? Y encima enseñándome la doctora cómo ponerme yo mismo unas pequeñitas inyecciones, aprovechando cualquier michelín de mi barriga (éstos siempre aparecen cuando menos lo deseas).

Así que el Azkena me ha quedado ya muy lejos.
Al menos, Ella ha vuelto.
Y yo aquí encerrado, con mi estrenada jodida vida de deportista lesionado.
Bueno, me voy a poner un pinchacito de esos. Si no vuelvo en varios días, me habré desmayado.
Aprensivo que es uno.


Suena la corriente: "Hit me with your rhythm stick" - Ian Dury & The Blockheads