domingo, 15 de enero de 2006

Golpe de frescura

Qué fantástico golpe de frescura. Hay momentos en los que no importa caer en las redes del sistema. Disfruto que Ella siga alimentando mis idolatrías paganas. Porque no, no compré la caja del trigésimo aniversario de la grabación de Born to run. Tengo el vinilo. Tengo el CD. Nunca me han interesado las remasterizaciones (las suciedades tienen su encanto). Me relamía pensando en los DVD, pero prefería creer en mi poder de resistencia (bueno, sinceramente, tarde o temprano hubiera caído, para qué negarlo). Además, aunque inolvidable, para mí no es el mejor disco de Bruce Springsteen. (...)


Pero este regalo/concierto en el Hammersmith Odeon de Londres en el 75, primera visita europea de una recién inaugurada E Street Band tal como la hemos conocido, puede convertirse en una espina que duele. Simplemente, porque te enfrenta a la envidia. De no haber estado allí. De no haber sentido la emoción de asistir a algo premonitoriamente grande. De no haber tenido la ocasión de quedarte con la boca abierta, el sudor frío y los pies agitados. De llegar una vez más (como en esta anotación) tarde, muy tarde.

Un crío de 24 años y una panda de deliciosos secuaces con pinta de mafiosos de poca monta te hacen comprender que, por mucho que los hayas disfrutado años después, era allí, en aquel momento, donde hubieras querido (tenido que) estar. Aquello era lo que tú hubieras querido saborear. Aquellas dos horas y pico eran las que te hubieran envenenado mucho más de lo que pudieras estarlo ahora mismo.

El propio Springsteen reconoce los temores de aquel mocoso por caer atrapado en las redes del sistema. Cayó. Como todos. Como tú, yo y el vecino. Y bueno, al fin y al cabo él y yo seguimos teniendo nuestros vicios ocultos comunes. Seguro.

Pero sí, fue el futuro del rock’n’roll.


Suena la corriente: "Hammersmith Odeon'75" - Bruce Springsteen