lunes, 19 de diciembre de 2005

Regustos

Cuando la flecha me roza, el virus me infecta, el viento me despierta, su mirada me arrebuja, estoy decididamente perdido. Caigo en la trampa, en el limbo (robado), en la madriguera.

Oigo sus guitarras, saboreo su clasicismo rock, sus raíces, sus palabras (dirigidas a alguien, imagino, me gusta crear…), sus composiciones. Incluso su voz. Sí, esa voz. Especial, penetrante. Y eso que mi muro fue duro de derribar. No sé, demasiadas reminiscencias épicas. Y aún así, algo tenía. Para qué dudarlo. La voz de Jim James no dejaba indiferente.

Y My Morning Jacket, a la cuarta, han conseguido lo que buscaban. Un disco redondo. Y no hay chiste fácil. La mayoría de lo que suena por ahí es para mentes y soportes cuadrados.

Disfruto con su rock, con su melancolía, sí, también con la voz, con sus guitarras y teclados, y con sus melodías. Encuadrarán Z en la cubeta de Americana (cajón de sastre, entra de todo). Pero es algo más. ¿O es que Off the record, al menos hasta su digresión final, no puede ser una tonada de cualquier buen grupo pop de los 80?

Vale, pero en discos redondos, no quiero destacar esta o aquella. Son para disfrutarlos. Enteros. Y descubrir los diferentes regustos que dejan.



Suena la corriente: "Z" - My Morning Jacket