viernes, 18 de febrero de 2005

Rodillo

Les tengo bastante despistados. Hay algo que no comprenden. En apariencia no soy un tipo excesivamente raro. Alguien intuye que puedo tener un pasado de cierta turbiedad, algo golfillo, siendo finos. Yo me defiendo sacando a relucir mis más de 10 años como seminarista. Real o ficción, verdad o mentira, son reversos de una misma moneda. Yo trato de moldearla a mi antojo.

Pero raro, algo sí que es. Esa música, quién la conoce. Cómo puede gustarle tanto, y despreciar los número uno. De los 40, claro está, nuestra biblia, para asnos como nosotros.

¿Cómo dices, más de 500, 600, 1000, yo qué sé, conciertos en una vida? Joder, qué pasada. A mí me dan algo de miedo. A mí me espantan los drogadictos. Yo fui una vez a dos.

Por cierto, qué tal, mucho sueño hoy?
No especialmente, el habitual, que ya es mucho.
Cómo, no has pasado la noche haciendo cola para las entradas de U2?
Yo? Pues mira, no, por casi nadie hago una cola de toda una noche (bueno, venga, vamos, creo que por nadie, que uno ya no tiene edad). Y eso que no tengo nada contra ellos. En absoluto.

Les tengo bastante despistados. Ahora ya no entienden nada. Tantos conciertos, tanta música, y no estará donde hay que estar, en todo un acontecimiento.

Mire usted, acontecimientos los justos. Por Ella y cuatro más. Solamente.

Aunque al final son ellos los que me despistan. No entiendo que no entiendan. ¿500, 600, 1000 acontecimientos sociales? No coño, no es eso.

Como dijo aquel, es el sentimiento, estúpido.



Suena la corriente: "Boy" - U2