viernes, 16 de octubre de 2015

Adam Giles Levy / Pelax eta Cowboy's Orchestra / Rosy Finch
Concurso Villa de Bilbao, Bilborock (15/10/2015)
De géneros varios


Pues quedan apenas dos jornadas para finalizar las semifinales del Villa de Bilbao en su apartado Pop-Rock cuando hemos podido disfrutar de un cantautor solitario de nuevo, de una banda de rock al uso de nuevo, y de un grupo de mayoría femenina, esta vez como novedad. Abrumadora presencia masculina para unos sonidos que no deberían serlo tanto. (...)


El inglés residente en Bilbao Adam Giles Levy poco tiene que explicar acerca de su nombre (“nunca me planteé usar un nombre artístico, está bien el mío real”), pero sí algo más sobre las circunstancias que le trajeron a Bilbao desde el pasado mes de marzo: “trabajaba de abogado en un par de ciudades en Inglaterra, terminé en Londres, y llegó un punto de inflexión en mi vida en que quería cambiarlo todo. Siempre quise dedicarme a la música, daba algunos conciertos, y me fui a vivir a Canadá, a Vancouver, un par de años, dedicándome cien por cien a desarrollar el sonido que tengo ahora. En marzo tocaba otra cambio (me gusta cambiar de aires) y tengo un par de amigos que viven aquí y conocía la Aste Nagusia, y me gustó”. Cantautor no al uso, que utiliza distorsiones y efectos sobre su guitarra acústica para conseguir canciones de una personalidad indiscutible, reconoce escuchar mucha música actual, “ahora mismo mucho a un grupo que se llama Fink, a un australiano que se llama Kim Churchill que vi en Canadá, a José González… De los clásicos, siempre me ha gustado Fleetwood Mac, ya en mi infancia Rumours me parecía bestial, también el blues, Steve Ray Vaughan, el más actual John Mayer… Mi música es una mezcla de todo esto”. Y reconoce también la influencia pop por el uso de estribillos y melodías, que dan cierto carácter hipnótico a varias de sus canciones. La distorsión es parte de su presentación, ya que “me gusta jugar con efectos, cuando vas en solitario la clásica imagen es la de Dylan, una voz, una guitarra y una armónica, pero quiero dar un sonido un poco más amplio, uso el bombo (de pedal eléctrico) que te da ritmo, luego los efectos…” y no cree que el hecho de presentarse en solitario haga más complicadas sus posibilidades de clasificación. “Supongo que se busca otra cosa sin que eso importe, aunque en la música el hecho de ir solo te abre más puertas o salas, al menos para mí, que estoy dedicado cien por cien sólo a esto. Cada concierto es llegar a público nuevo”.

De Donosti y euskaldunes, a pesar de su nombre, son Pelax eta Cowboy’s Orchestra, “el proyecto Pelax, que es una persona, comenzó hace un par de años, con un concierto en solitario en un gaztetxe, pero se echaba de menos una banda y comenzamos con otros amigos. Ellos propusieron el nombre de Cowboy’s Orchestra, porque me llamo Unai y Unai significa cowboy (vaquero, pastor de vacas), jajaja”. Así que ya con formación de dos guitarras, bajo, batería y saxofón grabaron el disco Cowboy’s Orchestra Saioak, considerando el proyecto estable como banda, “ya que a partir del disco han empezado a salir bolos como tal”. Se mueven entre el rock americano más festivo y otros sonidos más cercanos al hard o incluso al stoner, “pero como cantamos en euskera, no nos planteamos mucho si sonamos más americanos o no. Aunque toquemos más rápido o más lento, más cañero o menos, al final es rock”, admitiendo el adjetivo sudoroso de buena gana. “Lo básico es el riff y la repetición, que te hace sudar y bailar. El disco tiene un aire ZZ Top bastante evidente, aunque hace tiempo que no les hacemos mucho caso. Escuchamos muchos grupos referentes euskaldunes, como Sexty Sexers, Joseba B. Lenoir, Petti, alrededor del Bidasoa hay mucho genio, Joseba Irazoki… hay bastante como para mirar y seguir la movida euskalduna". Y ante la representación en su idioma en un Concurso como el Villa, creen que “la música rockera está muy relacionada con el inglés, pero algunos no estamos muy acostumbrados a escuchar canciones en ese idioma, esa relación de rock e inglés no se nos hace natural en un Donosti, un Bilbo, un Bera, por ejemplo… Tratamos de aportar y dar un empuje al euskera”. Aunque ya habían tocado en muchas localidades de Euskal Herria, son grupo que se antoja habitual de gaztetxes, no lo habían hecho como banda aún en Bizkaia, “y en un finde, dos bolos, hoy en el Villa y mañana en la Xurrut, sitio mítico!”. Y eso sí, reconocen que más que ganar, que siempre viene bien, “les gustaría que esto sea un plus para la banda, que ayude a tener más unión. Nos gustaría hacer una gira el próximo año”.

Y los dos tercios femeninos de los alicantinos Rosy Finch reivindican su género casi desde el nombre: “Rosy Finch en realidad es una especie de pájaro, un pinzón rosado, un animal que nos gusta un montón, y su particularidad es que la hembra lleva la voz cantante, allá donde ella va, el macho va detrás, es la que manda. Y eso nos molaba. Y por otro lado, parece un nombre de mujer”. Si su adscripción musical ya les encuadraba con las riot grrrls, la ideológica queda así clara. Y superan la tentación de definirse como un dúo femenino con un batería de género opuesto que admite la situación, “con dos mujeres, mejor no meterse, jajaja, pero muy bien, esto es un trío claro, un 33% cada uno, hasta en composición” y que empapa cada canción a golpe de metrónomo exacto, implacable y contundente. Son canciones en muchos casos exentas de poder melódico pero exuberantes en intensidad, opacidad, contundencia, garra y fuerza, entre el grunge y los sopapos punk de los 90 y la fuerza de los 70. “Ya habíamos tocado aquí como Milton hace tres años (nos encanta la sala!!!) pero aquello cambió de gente y de orientación. Nos gustan muchas bandas, la psicodelia de los 70, el stoner, el grunge, las bandas de riot, hasta el sludge metal… Básicamente hacemos lo que nos apetece, que suele concretarse para el caso particular de cada disco, aunque sí tratamos de llevar una línea argumental”. Así que su trabajo Witchboro ha sido tan cuidado que ha merecido incluso ser editado por tres sellos: “el vinilo lo ha editado Lay Bare Records, de Holanda, no tenían ningún grupo de chicas y estaban cansados de barbudos (nosotras intentamos dejárnosla, pero no sale, jajaja), y el cd entre Discos Macarras y Deathbound Records” y de hecho se han movido por el extranjero, con conciertos recientes en Suecia: “en España hemos tocado también un montón, pero donde más bombo nos están dando es fuera, como si gustáramos más”. Pues en el Villa han sido capaces de presentar unas excelentes credenciales en directo, “nos encanta esta sala y tenemos la intuición de que lo vamos a disfrutar mucho esta vez”. Y nosotros.





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