miércoles, 6 de mayo de 2015

Pops Staples
Don't lose this (Anti Records, 2015)
Voces desde el cielo


* Autor: Jaime G. López "Desperdicios"

Espinoso tema el de las grabaciones póstumas que ven la luz tras el deceso del protagonista, especialmente si más que inmediatamente tardan un tiempo en aparecer. Y más espinoso aun es el asunto si además a las grabaciones inéditas se le añade instrumentación y/o recordings posteriores al momento en el que fueron realizadas. Pues en el caso que nos ocupa se cumplen ambos condicionantes... no se alarmen, parece que hay motivos para ello.(...)


Respecto a lo primero, parece que tanto la enfermedad como la muerte de Staples, acaecida en 2000, fueron inesperadas y rápidas. Eso sí, hombre sabio, le dijo a su hija Mavis que conservara aquellas grabaciones postreras (realizadas en 1999) para su edición, 'no las pierdas, deben ser escuchadas'. El tiempo que ha transcurrido entre un suceso y otro lo daremos por bueno, puesto que no sólo ha dado tiempo en el mismo para que Mavis Staples se cruzara por el camino a Jeff Tweedy sino también para que este le produjera y se encargara de que llegaran a buen puerto dos trabajos sublimes que han recuperado la figura no solo de Mavis sino de los propios Staple Singers. Así que el momento y la persona elegida para gestionar este proyecto parecen los indicados. 

Sobre el intrincado asunto de la instrumentación adicional, pues la verdad es que la misma es minimalista y tiende a reforzar lo importante (la guitarra y voz de Pops) y no a tapar o difuminar las esencias de aquellas grabaciones. Tweedy se encarga del bajo mientras que su hijo lo hace de la batería, que en ocasiones parece que no fluye tan orgánicamente como el resto... pero es que claro, estamos hablando de un primer espada dejando el alma en estas canciones. Mavis ha añadido también algunas voces, a las de sus hermanas Yvonne y Cleotha, que se cruzan y entrelazan con las de su padre de manera angelical. 

El repertorio mezcla clásicos inter-géneros, desde el himno Will be the circle be unbroken que adoptara para el country  la Carter Family, con canónicos blues de Blind Willie Johnson como Nobody’s Fault but Mine o gospel dylaniano como Gotta Serve Somebody (en un corte en vivo). Que junto a temas como Somebody was watching, No news is good news o The Lady's Letter conforman un cancionero mágico. 

Sobre unas y otras sobrevuela la fantástica guitarra de Pops conducida por prodigiosas atmósferas de trémolo y reverb que llenan el espacio en el que la frágil voz del patriarca eleva las mismas hasta el cielo. Y es que esas son las dos principales características del sonido de Pops. Cómo no recordar la primera vez que le conocimos y el efecto que produjo. Éramos aún unos niños y en la televisión local no dejaban de pasar aquel concierto multitudinario de melenudos a quienes no conocíamos y que con el tiempo se convertirían todos y cada uno de ellos en favoritos. Y allí, en la pieza más emocionante (nos lo pareció en aquel momento y seguramente, a pesar de atesorar minutos preciosos de música, lo sigue siendo ahora) sonaban los acordes de The Weight. Y allí, tras las estrofas de Levon Helm, la propia Mavis tomaba protagonismo, el líder de aquel prodigioso coro de gospel tomaba la voz principal, aquel  “gigante” de pelo y patillas canas que con su envergadura parecía que iba a soltar un tremendo chorro de voz y para nuestra sorpresa era un fino hilo de voz lo que emanaba de su garganta. Mucho más emocionante y efectivo que si hubiera salido aquella voz gruesa e infinita que esperábamos. De alguna manera era mucho más impactante. El testamento musical que ahora se rescata hace justicia a los logros de este gigante de la música gospel norteamericana que cruzó su mensaje religioso con la lucha por los derechos civiles.

Suena la corriente: "Somebody was watching" - Pops Staples



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