lunes, 27 de octubre de 2014

Parker! / MaderaCore / The Saurs
Concurso Villa de Bilbao, Bilborock (23/10/2014)
Cerrando telones


Un año más, un par de docenas largas de bandas han ido pasando por el escenario del Bilborock como participantes en el Villa de Bilbao en su apartado Pop-Rock, que es el que hemos ido siguiendo. Cajón de sastre de propuestas diversas que llevan implícitas la creencia en ellas por parte de quienes las ejecutan. Y el deseo de que el Villa sea más una plataforma de exposición y prestigio que un simple anhelo de victoria. Al menos, de antemano. (...)

Los madrileños Parker! insisten en ello. “El Villa está bien organizado, la repercusión en prensa está muy bien, y el prestigio que te da es un empujón a nivel interno que nos indica que esto va para adelante”. Y ellos tienen la experiencia como ganadores del Talento Ribera 2014 que les llevó a tocar en el Sonorama. Acciones fundamentales para consolidar un proyecto que nació de su propio creador, César F. Parker, ”tenía una banda, nos separamos, pasé dos años haciendo música para publicidad, hasta que compuse el disco, lo terminamos y no sabía cómo llevarlo al directo. Empezamos tres personas y la cosa comenzó a mutar de esta manera”. Hasta llegar a los cuatro músicos en formación delantera en línea sobre el escenario del Bilborock, (“realmente, ahora nuestra formación es de seis, pero nos vamos amoldando a los distintos formatos”), con una propuesta mucho más orgánica, sin el componente electrónico, que suena en su disco 2 Kick // 2 Mbrace, y canciones con alma y melodía apuntaladas entre violines y guitarras: “es una solución práctica, el disco es gigante en arreglos, pero lo presentamos con menos y siempre reinterpretándolo con otros instrumentos, muy orgánico. ¿Pop? No tenemos miedo a sonar bien o bonito, hacemos la música que nos gusta para el mayor número posible de gente. Ojalá fuera música de estadios… No tenemos alma outsider!”. Ellos mismos, con sus periféricas relaciones con el mundo de la publicidad son capaces de definirse: “jerarquías de instrumentos alternativas sobre estructuras clásicas de pop y folk”. Y van, y dan en la diana.

Como también tratan de dar en la diana del Villa los bilbaínos (“somos de Getxo, Bilbao, Plentzia, Mungía, así que realmente somos de Leioa, que es donde ensayamos!”) MaderaCore. “La final del Villa tiene que ser un chute de motivación, reconocimiento a una carrera larga. Hemos tocado mucho en Bilbao, y también en Madrid, Cataluña, Galicia, Asturias, pero no hemos bajado de Toledo. Es nuestra asignatura pendiente. Eso, y que se  abra la puerta de tocar en algún festival, aunque sea en el escenario pequeño…”.  Y es que la suya es ya una carrera de larga distancia, “comenzamos en el 2007, son ya 8 años” y con mucho trabajo a sus espaldas, su primer ep homónimo y dos larga duración, La importancia de llamarse humano (2009) y El camino del asombro (2013), coeditado entre MiusicHole Records, Ojalá Me Muera y su propio sello Aplauso. “En El Camino… hemos conseguido un sonido de la grabación más seco, es más crudo, visceral. Buscábamos más armonía, melodía, canciones más redondas, en definitiva, más pop, más light”. Y sin duda, esa buscada traslación a la luz, matizada, como reconocen, por la evolución en sus influencias, se ve en un directo donde las canciones bailan entre el abrazo de un indie-pop suave y comercial y los rasguños que aún mantienen de intensidad. Y mucho de ello lo explica el Corazón de Madera: “encontré una acústica en el desván de mi abuelo y comencé a hacer canciones. La llamábamos Maderita, y Core viene de núcleo, corazón”. Otros que se definen dando en la diana.
Vídeo de la actuación de MaderaCore (pendiente a la hora de la publicación)

Los que se definen a base de sopapo eléctrico, energía punk y espíritu garagero son los barceloneses The Saurs, y todo queda claro con una descarga en directo que deja anonadado a más de uno, llena de ritmo, fuerza y sentido, con la insolencia que dan los apenas 20 años (“empezamos hace unos seis años, teniendo entre 15 y 18, pero sin ser nada serio al principio”) y defendiendo su personalidad frente a las etiquetas: “garage-punk es el cajón donde nos meten. Está bien, pero no somos la versión catalana de otro grupo, eso de esto ya lo hicieron los Black Lips o Ty Segall. Además el garage implica un rollo revival con el que no nos sentimos nada identificados. No piensas en los 60 al escucharnos”. No hay duda que entre las dos facciones garageras, la de "botines y patillas" y la de "camiseta y zapatillas", pertenecen de lleno a esta segunda, una definición que les encanta, “somos muy rockeros para los punks y muy punks para los rockeros”. Aceptan entrar en ese carro por el que pasean The Parrots, Los Nastys o las Deers, aunque creen que los dos primeros son “de corazón más añejo que nosotros, más sesenteros sin ser Dr. Explosion”. Empujados al Do It Yourself por las circunstancias, “no estamos cerrados a nada, pero nadie ha llamado a nuestra puerta”, sí admiten ver muchos ojos en ellos (Primavera Sound/Club, Monkey Week, BIME), aunque prefieren centrarse en su música: “el primer ep, Bring me fog es más clásico, el más reciente, Dry Finger, más directo”, y ambos en cuidadas ediciones en vinilo, “Dry Finger lo hemos sacado con Mama Vynila Records, un sello de Sabadell que saca lo que le gusta y puede”. Y con las guitarras de corbata en lugar de tapando huevos, uno no olvida el glorioso trallazo de energía que se marcaron. Y el favoritismo que alcanzaron.





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