jueves, 23 de octubre de 2014

David Kilgour and The Heavy 8's
End Times Undone (Merge Records, 2014)
Sin estar solos, a pares (parte 1...)


Hay cosas a las que no hay que darles muchas vueltas, o te gustan o no. Y ya está, sin más. Y en música no tiene porqué ser muy distinto. Oyes guitarras, oyes melodías, oyes canciones, y sabes si estás a gusto haciéndolo o te chirrían. Y te quedas o te vas. Y ya hemos repetido en más de una ocasión que con David Kilgour nos quedamos. Sabemos lo que nos da, y lo tomamos como viene. (...)

Y hablando de Kilgour, ahora las cosas nos han venido a pares. No vamos a volver a revisar toda la historia de The Clean, del neozelandés Dunedin Sound, de los logros alcanzados por The Flying Nun y las incapacidades incomprensibles para ser celebrados por las grandes mayorías. Son facetas ya rumiadas en estos papeles, facetas siempre habladas, comentadas y sentidas en silencio por quienes nos dejamos mecer con ellas. Pero tenemos doble kilgourada este año. Por un lado, este End Times Undone, el señor David presentándonos la continuación de aquel Left by soft (2011) que tanto nos gustó. Y por otro lado, el otro tercio de The Clean, su hermano Hamish nos entrega un estupendo All of it and nothing que revisaremos… mañana? Semanas y meses Kilgour en las que andamos.

Y semanas y meses decimos porque los discos de David Kilgour tienen esa magnética capacidad de aposentarse sobre el reproductor y quedarse durante más tiempo del habitual, girar una y otra vez, repetir sus ambientes hasta abrumar la habitación y no cansar. Sí, te gusta o no, y a partir de ahí, te cansa o no. Kilgour no sorprende más allá de la propia fisicidad de las nuevas canciones. Ni siquiera esta vez en la portada, con unos corales submarinos que no evitan su referencia a Frozen Orange (2004), uno de sus mejores trabajos. Mantiene sus líneas divisorias entre este mundo y el suyo propio, y uno empieza a pensar que desde aquel disco, y una vez asentada en el siguiente, The Far Now (2007), su banda The Heavy Eights, que desde entonces está con él sin cambios, Thomas Bell, Tony DeRaad y Taane Tokona, y que firman las canciones conjuntamente, no está entregando el propio Kilgour una especie de trilogía que cerraría este End Times Undone, en la que muchas de las canciones podrían ser intercambiables entre rodaja y rodaja.

Porque lo curioso es que mantienen su integridad como discos y logran no caer en la repetición hueca, la que anuncia una falta de sustancia. Nada más lejos de una carrera que, desde luego, está marcada por sus hitos propios, que tal vez no vaya a hacer quiebros y aventuras descabelladas. Pero que con el ya simplemente delicioso comienzo, take me down, I’ll be waiting in the other side of town, de Like Rain, uno se siente en el hogar, donde comienza y acaba la mayor de las aventuras que uno pueda vivir. Y decimos hogar. No casa.

Así, tal vez en cortes algo más abruptos como Dropper o Down the tubes notamos más fuerza hiriente en las guitarras que en su anterior disco, más guiños a Young que a Wareham, pero en Christopher Columbus, mientras habla de Barcelona y Las Ramblas, vuelves a sentir la excelencia melódica tan habitual, en Comin’ On vives el maridaje de la raíz folk, country y pop enmarañada como un todo, en Some things you don’t get back la belleza hipnótica de la repetición ensoñadora, o disfrutas con la psicodelia reverberante de Light Headed o la desnudez casi acústica de una declaración de principios tan brutalmente desasosegante, y a la vez bella, como I don’t want to live alone.

Pues mira, mientras pasamos al hermano dos… seguimos sin sentirnos solos.

Suena la corriente: "Christopher Columbus" - David Kilgour and The Heavy Eights



2 comentarios:

  1. Te gustan o no? Me gustan. Es más, creo que hay algunas canciones que tienen que gustar sí o sí, como la que has puesto. Abrazo, my Lord of RR.

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    1. Siempre he pensado que David Kilgour es un valor seguro... pero es que tú también lo eres, querido!

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