martes, 10 de julio de 2012

John Hiatt
El concierto que fue (y no fui)


Hoy debería haberse publicado aquí una crónica del concierto que ofreció ayer en Bilbao John Hiatt. Debería, si la vida fuera como nosotros la imaginamos. Pero la vida, esa perra que tantas veces nos ha puesto los cuernos, que tantas veces nos ha levantado, hundido y vuelto a levantar, y de la que, a pesar de todo, continuamos profundamente enamorados, tiene sus propias reglas, escribe sus propios textos, canta sus propias canciones. Y nosotros, ilusos novios repletos de esperanzas, tratamos de seguir su compás.

Así que debería haber una crónica de un concierto que fue. Pero la entrada quedó oculta en un bolsillo de un raído pantalón. Asuntos familiares y vistas a esa cárcel de la salud que nos empeñamos en llamar hospital tuvieron la culpa. Nada grave. Pero uno tiene el alma dividida en muchos frentes, y cuando llega el momento de elegir, no hay ninguna duda. Aunque el concierto fuera, y yo no fui. (...)


Y John Hiatt, que sabe y conoce esa cornamenta vital que tanto dolor puede causar, a buen seguro que no notó la ausencia. Eso queda para nuestros registros. Él, que tuvo que refugiarse en el calor del alcohol durante muchos años simplemente para poder aguantar esa vida; él, que vivió el suicidio de su pareja, y aún así supo encontrar un futuro; él, que saboreó las alabanzas de críticos, los laureados comentarios de compañeros de profesión, el éxito de sus canciones en voces de otros, y aún así, tuvo que asumir que las ventas, que el público (ese jodido caprichoso), no iban a proporcionarle lo anhelado; él, no necesita recibir ninguna explicación. Pero se la damos.

Porque esa segunda fila en la que milita desde hace años es para nosotros un equipo de ensueño. Porque es esa segunda fila la que está llena de creadores de primera. Porque la excelencia de muchos primeros espadas siempre estará mancillada por la trivial existencia de esos segundones. El mero hecho de que éstos existan, y sigan creando con la garantía impresa en todo lo que hacen, debería hacer enrojecer a esos que alardean de la titularidad. Porque las segundas filas estarán marcadas por la displicencia del gran público, pero son el lugar desde el que los supervivientes se encaran con la vida. Y del que nosotros obtenemos la energía.

John Hiatt, aquel joven americano lleno de rabia que entre los 70 y 80 encarnó el espíritu rebelde que sudaba el pop y el rock de origen británico, maduró, se congració consigo mismo, y se dedicó a ofrecernos lo que sabe hacer: el negro soul que puede salir de la varita de un blanco, el blanco rock’n’roll que puede salir del alma de un negro. Porque se tiró tiempo aprendiendo rabia vital y contenida elegancia de la mano de Ry Cooder. Y con éste, y con Nick Lowe, y con Jim Keltner, fue capaz de grabar un disco como Bring the family (1987). Señores, por favor, Cooder, Lowe, Keltner y Hiatt. Se puede superar? Ellos pensaron que sí, y quisieron darle continuidad ya bajo el nombre de Little Village. Pero los egos, las ambiciones, dieron al traste con el sueño. Y Hiatt siguió a lo suyo, como siempre había hecho (que son dos decenas de discos!). Y porque de alguna manera, tuvo que saber que, cuando tal vez ya nadie lo esperaba, podía ofrecer Master of disaster (2005), y después Same old man (2008), y después The open road (2010), y después Dirty Jeans and mudslide hymns (2011), abrazando las raíces más puras de la música de su país.

Y en esos dirty jeans quedó la entrada. Sin usar, el destino más grotesco para una entrada. Y nos conformamos con leer lo que dice Joserra Rodrigo, en su terruño de la Rockandrodri Land. Porque Joserra es de los que saben mirar a los ojos del buen cantor, y sabe lo que le quieren decir. Y si dice que volverá, nos lo creemos.

Y nos preparamos para esta semana bilbaína de la pasión. Y la entrada que nos marca la fecha de este miércoles, el lugar de la explanada del Guggenheim, y el nombre del padre Dylan no se va a quedar en el bolsillo.

Vaya que no.

Suena la corriente: "Old days" - John Hiatt



6 comentarios:

  1. Como dices no siempre salen las cosas como deseamos, que esos motivos que mandaron ayer sobre tu voluntad desemboquen en las mejores noticias y mas felices finales.
    John Hiatt volverá, lo dice Joserra, estuve con el ayer, y el bolo amigo mio fue de ensueño.
    Un abrazo.

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    1. Ya me distéis envidia, ya. Pero será la próxima vez.

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  2. Mañana te toca Red River Shore , sería de ensueño. Lo primero es lo primero porque la arruga es bella. Hasta mañana! Ya te contamos...nos vamos a meter en un proyecto chulo los cuatro con el Rust Fest...

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    1. Si la tocara, Joserra, si la tocara...
      Y que ilusión lo del Rust fest, cuenta conmigo para todo, todo.
      Nos vemos luego...

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  3. Me alegra que no sea nada grave. A ver si hay suerte y tienes una nueva oportunidad de verle en directo. Saludos.

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    1. Gracias, Johnny, nada grave. Y siempre hay más oportunidades...
      Abrazos.

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