jueves, 22 de abril de 2004

Placer culpable

Escucho música. Disfruto música. Bailo música. Pienso música. Lloro música. Quiero música. Y, por supuesto, leo música.

Porque al igual que tengo mis ídolos hacedores de sentimientos, también los tengo "escribidores" (y la música es sentimiento).

Siempre he adorado al grande, al profesor, a Diego A. Manrique. Su saber es enciclopédico (hace años hablaba de que tenía algo así como 30.000 discos, lo que le parecía una auténtica barbaridad, y un gustazo, digo yo), sus gustos amplios (apabullantes), pero, y tratándose de lectura es fundamental, su calidad como escriba raya lo sublime. Es capaz de juntar letras y dar en la diana de lo que uno piensa (de lo que yo pienso). Y todo ello embadurnado de una imprescindible ironía, figura retórica sin la que esto que dicen vida sería más amarga de lo que es.

Hoy (El País, 21/04/04, de pago) comenta el disco que esta semana pone a la venta su periódico, el "Discovery" (1979) de la Electric Light Orquestra, y suelta esto: "La ELO es monumental e irresistible, como un banana split y esos postres que se saltan todas las reglas dietéticas pero que proporcionan un enorme placer culpable a los que caen en la tentación".

Ya avisé de mi panolismo musical cuando a edad temprana empecé a gastar mis pocos cuartos en discos. No tenía hermanos mayores, ni primos carnales mayores, ni primos segundos mayores. Soy el viejales de toda una generación familiar, ya sea materna o paterna. Compré bastante morrallita hasta que empecé a descubrir lo que me estaba perdiendo (no, no tardé mucho tiempo, y desde entonces mantengo tan destructiva adicción).

Pues si navegando en este río ya comenté cual fue mi primer disco, reconozco aquí y ahora que el de la ELO fue el segundo. Esos falsetes arropados por arreglos orquestales típicos del rock más sinfónico y estribillos pop para una rodaja de música "disco" me encantaron. Claro que años después (aquí me remito a ese "placer culpable" del que hablaba Diego Apunto), se lo regalé a una prima que tenía en Barcelona.

Siempre me arrepentí, porque esos recuerdos de la tontería perdida son lo que soy. Me guste o no. Sienta "placer culpable" o no.

Vale, me lo compro de nuevo, y le pediré al quiosquero que me lo envuelva junto a cuarto y mitad de ironía.



Suena la corriente: "Higher & Higher" - Jimmy Cliff