martes, 24 de febrero de 2004

¡Muérete aunque te quiera!

Ya he dicho más de una vez que me gusta paladear las zonas más grises y lúgubres del ser humano. No, no soy un ser depresivo y atormentado. Pero los rayos de sol los aprecio más comprendiendo lo poco que somos.

Tengo la suerte de tener una cuadra de amigos degustadores de los mismos placeres. Y Ella (¡qué decir de Ella!), no solo me comprende, sino que participa junto a mí de tan opíparas cenas.

Por ello siempre le estaré agradecido por uno de los últimos platos que me ha hecho descubrir. Cantante mejicana de rancheras arrastradas, de espectacular tonelaje y cronista de las más salvajes declaraciones de desamor que me he echado al gaznate últimamente (es que deja al más desgarrado Jose Alfredo Jiménez, grande entre los grandes, a la altura del betún).

Cuando os sintáis doloridos por las heridas de eso que llaman amor, vuestros deseos de venganza ya tienen banda sonora: Paquita la del Barrio.

Sin más, os transcribo la letra de uno de sus más clásicos hits:


RATA DE DOS PATAS

Rata inmunda, animal rastrero,
escoria de la vida, adefesio mal hecho
infrahumano, espectro del infierno
maldita sabandija, cuánto daño me has hecho
alimaña, culebra ponzoñosa,
deshecho de la vida, te odio y te desprecio

Rata de dos patas
te estoy hablando a ti
porque un bicho rastrero
aún siendo el más maldito
comparado contigo
se queda muy chiquito

Maldita sanguijuela, maldita cucaracha
que infectas donde picas, que hieres y que matas
me estás oyendo, inútil
llena del infierno cuánto te odio y te desprecio


Póngase esta maravilla con música de mariachis, y nos queda un monumento.
Mi única duda es si el hecho de que Ella me diera a conocer esta joya tiene algún doble sentido que no puedo (o no quiero), captar.



Suena la corriente: "Grandes Éxitos" - Paquita la del Barrio