jueves, 8 de marzo de 2012

Los Chicos
Porque la vida son dos días


Ellos mismos se definen en la cabecera del blog en el que cuentan sus aventuras: 
Rock and Roll + Rhythm & Bues + Soul + Punk + Pub-rock + Country + Cerveza = FIESTA
Hombre, yo tal vez añadiría comida, porque casi pululan por ahí el mismo número de fotos en las que salen bebiendo que comiendo. En cualquier caso, todo es parte de la concepción del rock’n’roll como puro espíritu lúdico, esencia original del mismo y parte consustancial de la visión festiva de la vida. (...)


Porque ya que tenemos que aventurarnos por este valle de lágrimas, hagámoslo, pero tratemos de convertir esas lágrimas en pura risa, o al menos que sólo broten provocadas por ésta. Y cuidado, que nadie reste significado a una banda como Los Chicos por el mero hecho de su aparente falta de trascendencia. No, no, no, me niego en redondo a aceptar como cumbres del rock únicamente a aquellos autores que han puesto en letras una disección de la vida capaz de cambiar la del que las lee. Ramones están a la misma altura que los más grandes. Sin peros ni gaitas.

Hablando el otro día sobre The Screaming Tribesmen, enlazábamos un video en el que se puede ver a Los Chicos en una fiesta en barco en aguas de la bahía de Sydney junto a Chris Masuak con las caras a pleno sol y la adrenalina sudorosa de una rock party. Y era pura envidia la que uno sentía.

Pero es que es adrenalina, desparrame y envidia, mucha envidia, lo que uno siente cuando participa de un directo de estos personajes, o cuando se echa entre oreja y oreja cualquiera de sus 4 discos. La pura efusividad del garage más dislocado, aquel que va de los Sonics (alucinaron cuando los tuvieron de teloneros) a Flamin’ Groovies, de la energía de MC5 al descontrol de The Dictators. Son capaces de evocar el descaro de los mejores Young Fresh Fellows y el pulso melódico de cualquier banda de los 60.

Son cuatro discos ya, desde aquel primer ep que editaron en 2002. Shakin’ & Prayin’ (2003), Fat Spark! (2005), Launching rockets (2007) y el último hasta ahora, asumiendo en su título la hilarante descripción que les espetó una asistente a un concierto en tierras inglesas, We sound amazing but we look like shit (2010). Producido por Mike Mariconda, editado por Dirty Water Records y con colaboraciones varias (entre ellos Rober, de Atom Rhumba o Johnny Casino), contiene sus habituales descargas de rock&soul granítico, country alocado y canciones de alto voltaje, pero son capaces de endilgarte soberbias píldoras de power-pop-rock, como es el caso de I hate silence, deudora del mejor y más energético Paul Collins.

Y no contentos con ello, ahora editan un ep de cinco canciones bajo el nombre We sound acoustic but we look like shit, demostrando que su fuerza no es únicamente cuestión eléctrica. También puede ser puro bluegrass.

Y lo mejor de todo es que no paran quietos. Han girado por medio mundo y las alabanzas les llueven desde bocas a las que llevamos mucho tiempo escuchando.
Será porque, vale, todos queremos trascender, pero si es a golpe de cadera, sonrisa y cerveza, mejor.

Suena la corriente: "I hate silence" - Los Chicos


2 comentarios:

  1. Muchísimas gracias!!
    Habéis captado perfectamente el espíritu del grupo, y lo que nos gusta transmitir a la gente.
    Un abrazo fuerte

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    1. Gracias, y un abrazo para vosotros, que conseguís alegrarnos las noches a base de diversión y rock'n'roll!

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