Nos hacíamos eco ayer en las Píldoras del vídeo que habían colgado en la red la gente de Norton Records a raíz del desastre ocurrido durante la llegada del huracán Sandy a Nueva York. Sus oficinas centrales se habían salvado, no así el almacén que tienen en Brooklyn, donde miles de discos en lustroso vinilo habían sido engullidos por las aguas. Ver a Miriam Linna llorando sobre una pila inmensa de cajas llenas de discos encogía el alma, decíamos. (...)