
Cuando comienza i)Alone dando pie a la parte conceptual del tercer disco de Mikal Cronin, y lo hace de manera orquestal, casi como una sintonía televisiva dando entrada a un nuevo capítulo de vaya usted a saber qué saga, uno es capaz de esperar lo peor. Ya venía la mosca tras la oreja al saber que el disco estaba dividido en dos partes. (...)