Mientras a pocos metros Josh Rouse ofrecía un pase acústico presentando su último trabajo, Josh Rouse and The Long Vacations, y en otro local The Vegabonds daban cuenta de su sonido de escuela sureña, la propuesta en el Kafe Antzokia priorizaba la guitarra como icono rock.
En fin, uno de esos jodidos días en que tienes que elegir, y no están las cosas tan animadas como para hacerlo. Que queden las elecciones para los festivales o la inmundicia política. El rock es otra cosa más lúdica. Y por ello más bienvenida.
