La verdad, me encuentro muy alejado de todas las miserias políticas y sociales que estamos viviendo. Sufro como puedo las mías propias, y sé que nunca voy a poder contar con esos seres que dicen dirigir el mundo y solo se levantan para el reparto de la tarta. Me refugio como nunca en mi gente y en la música. Porque fuera de esto, no veo que haya nada. Por eso agradezco como el agua cuando mi hermano (en sus varias encarnaciones, Cielo Vacío, Melvin Soprano o simplemente J) me recomienda seguir a alguien que aún no conocía, como hizo hace unos días con Kingsley Flood. (...)