
Pues así son las cosas. Uno puede concebir un álbum intentando que tenga una homogeneidad, ya sea musical, lírica, de concepto. Éste puede funcionar o no, tener partes prescindibles y otras más sabrosas, quedar como intento fallido o como obra magna. Y sin quererlo, parir otro disco de aparentes retales, que entra a la primera. (...)