
Hay veces que las conjunciones entre bandas se producen de forma natural, sin esas fricciones que en más de una ocasión tienen lugar entre supuesto telonero y grupo principal. No deja de ser un arte el bien elegir quién abre un concierto, a quién corresponde la labor de caldear un ambiente para que las supuestas estrellas encuentren al público en óptima receptividad. Sin que chirríe la transición de una propuesta a otra. (...)