
Hay música, discos, conciertos que actúan como desengrasantes. Te ayudan a olvidar los sinsabores del día a día, te dejan limpio, con nuevos aires, fresco como una fruta inmadura. Y se agradece su efecto laxante. Otros, en cambio, tal vez consigan los mismos resultados, pero no los denominaría yo desangrasantes. Porque la sensación de grasa y suciedad queda entre tus uñas durante cierto tiempo. (...)