
Aquí no hay trampas que valgan. El propio Chris Stamey se encarga de explicarlo en cuanto tiene la ocasión: este disco es lo más cercano que he estado nunca del sonido que escucho en mi cabeza en mitad de la noche. Podríamos decir que Lovesick Blues es el reverso de Falling off the sky, la vuelta el año pasado de The dB’s. (...)