
Tantas veces no somos conscientes de los mecanismos que rigen los diferentes cambios de humor que experimentamos... Pasas de cumbres a valles sin aparente justificación, tal vez una lluvia, tal vez un jodido dolor de espalda, tal vez un aburrimiento general, un miedo al futuro, cosas fuera de tu control, que te agitan como un cuerpo en una montaña rusa. Para qué darle vueltas. Mejor dejarte llevar, agarrarse al asidero más cercano, y esperar la siguiente ola. (...)