
The drummer’s playing every beat of my heart. Una frase que bien puede resumir todo un concierto. O toda una carrera. O más aún, toda una vida. La de los currantes del rock subidos sobre un escenario, y la de los seguidores que se hacen unos kilómetros para tocar la gloria al ritmo de una música que nace del alma y pisa tierra a base de rock’n’roll. Porque el momento de forma de Danny & The Champions of the World se antoja de los que hacen honor a su nombre artístico. (...)