viernes, 5 de febrero de 2016

Pete Greenwood
Beauceron (BLJ Records, 2015)
Antes o después


Seguramente sea antes el huevo que la gallina. Y Pete Greenwood haciéndose un hueco en los garitos que abrían sus puertas al folk, si de ciertas reminiscencias psicodélicas, mejor, de principios de los años 2000. Un veinteañero más dando salida a una delicadeza que se asentaría en un primer disco, allá por 2008, de nombre Sirens, y de renombrados resultados en la prensa especializada, y entre sus pares, lo que es más difícil. Pero hablábamos de huevos y gallinas. (...)


Y es que además de esta puesta en escena individual, y precisamente por ella, había ya acompañado en directo a Mojave 3, tras su paso por The Loose Salute, que buscaban su delicada intensidad a la guitarra, y termina enrolándose en los atractivos The See See, compartiendo escenario y trabajo con Starsailor por la misma época. Bien, pero él había comenzado como un cantautor, defendiendo por sí mismo unas canciones que muchas de ellas, no incluidas en Sirens, ya comenzaban a tener unos años. Y la gallina defendió su huevo.

Porque si es al final de 2015 cuando edita su segundo disco en solitario, Beauceron, en él se incluyen lecturas de canciones que ya habían hecho de las suyas antes de comenzar la segunda década del siglo, con The 88 como máxima exponente, una delicia melódica que pasea sobre eléctricas aun teniendo alma acústica. Un disco cuya grabación ha durado más de dos años, pero que tiene indefectiblemente el aire de lo que no necesita espacio temporal para existir. Apenas una cota para ir entrando poco a poco, como las cosas con sabor profundo, pero que bien puede alejarse de cualquier línea temporal al uso. Y es que melodías como las que empapan ese suave folk-pop que abre el disco, Me & Molly, ya dejan todo meridianamente claro. Estamos ante ese hacedor de canciones que coge de aquí, araña de allí y a todo le transmite la pátina que considera imprescindible para su mundo propio. Delicado, suave, bordeando los pasadizos entre lo puramente acústico y lo eléctrico de nuevo en Don’t stay out anymore, estirando el blues al estilo Kurt Vile en Greenhound Blues, silbando el espíritu Kinks en 24 and Counting, y extendiendo un indefectible aire de tristeza, nostalgia y melancolía por todo el trabajo.

Y de sentida emoción melódica.

Suena la corriente: "The 88" - Pete Greenwood



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