martes, 24 de febrero de 2015

Steve Earle & The Dukes
Terraplane (New West Records, 2015)
Su viejo amigo el blues


*Autor: Jaime G. López "Desperdicios"

La clave de este nuevo trabajo de Earle hay que buscarla en la última línea de los créditos, la que después de los agradecimientos habituales a Matt Umanov y familia, reza 'Dedicated to the memory of Johnny Winter'. Con la larga lista de decesos con los que acaba cada año, la dedicatoria al bluesman albino no es gratuita. (...)



Ha decidido Earle hacer un disco que respire blues por sus poros, género que aunque no le es ajeno, nunca le había dedicado íntegramente un trabajo.

La apertura con Baby Baby Baby (Baby) lo dice todo, un blues que podrías cantar antes de haberlo escuchado y suena exactamente así. Al igual que The Usual Time una rueda de blues de manual en la que, como en el resto del disco, la gracia reside en la ejecución de los músicos que le acompañan, con Los Mastersons llevando el peso solista, especialmente brillantes las guitarras de Chris Masterson, y la sólida base rítmica que forman Kelly Looney y Will Rigby.

Pero no se asusten que todo no es maravilloso blues poliédrico. Earle sabe llevarlo a su terreno. Tennessee Kid es un blues atmosférico recitado por Earle como si se tratara de un predicador sureño con líneas de guitarra psicodélicas. Ain't nobody's Daddy Now es un country blues que cabalga sobre el violín de Eleanor Whitmore, en similares registros de blues campero se mueve Acquainted with The Wind.

Better off alone, que comienza como la típica balada de desamor de Earle, vuelve a los terrenos del blues en su desarrollo y solos de guitarra. Y puede que aquí resida la otra clave del disco. Cuando uno escucha versos como 'No puedo decir que me sorprendiera / Hacía tiempo que tenías esa mirada del adiós / y ahora dices que has encontrado a alguien nuevo / puedes librarte de esta carga / porque estoy mejor solo'. Nos imaginamos que la señorita Moorer es la destinataria tanto de estos versos como del sentimiento triste de Steve, que puede que haya decidido que no había mejor manera que curar el mal de amores que grabando un disco de blues.

Baby's Just as Mean as Me es un yodel blues que podía haber rubricado Jimmie Rodgers, donde Eleanor Whitmore, con ese timbre de voz tan característico, da la réplica a Earle además de llevar con su violín el peso de la melodía en la cumbre del disco, que nos ha hecho recordar aquellos duetos mágicos que Earle incluía en sus trabajos más recordados. Gamblin' Blues descansa en las aproximaciones al género de su mentor Townes Van Zandt, ya saben, finger pickin' sobre escobillas y voz en falsete en un notable y corto country blues.

El cierre con King of The Blues juega en su letra con los tópicos del género revisados por la lírica de Earle, 'Im a lover, a fighter, a prophet, a fool / A Jack of all trades of the Dickensean school', con Masterson y Earle turnando guitarras y solos.

Lo cierto es que los últimos trabajos de Earle, los que ya pueden ser asociados a los tiempos felices junto a Allison Moorer, no nos acabaron de convencer. Los ha habido directamente olvidables y otros que, a pesar de incluir algunas canciones bastante acertadas, en su conjunto no resultaban y quedaban a millas de distancia de sus mejores trabajos, que empezaban a quedarse lejanos en el tiempo. Este Terraplane resulta un trabajo más nivelado en su conjunto, sin temas que desmerezcan el todo. El blues le sienta bien a Earle igual que los estados ajenos a la felicidad conyugal, nos tememos. Así que esperamos que este trabajo suponga la vuelta del mejor Earle antes de que la felicidad llame de nuevo a su puerta por ¿séptima vez?

Suena la corriente: "Baby Baby Baby (Baby)" - Steve Earle & The Dukes



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