jueves, 3 de abril de 2014

Wilko Johnson (Parte I)
Hay que oírlo en los bares


*Autor: Jaime G. López "Desperdicios"

Hay músicos y bandas que hay que conocer en el bar, ni en la tienda de discos, ni por amigos, hermanos u otros animales. Hay que oírlo en un bar lleno de humo y hasta las trancas de alcohol y preguntar con los ojos vidriosos al dueño con el que tienes una gran amistad "¿Qué es esto Antón?" y que te digan Dr. Feelgood, “¿y esa guitarra?”, Wilko Johnson, Jaime”. (...)



Y que de repente, la parte del mobiliario en forma de parroquiano armario 2x2 siempre acodado en el mismo tramo de la barra te espete con voz cazallosa “Los Dr. Feelgood son el jodido mejor grupo de la historia”. Amén, poco más que hablar. Sonaba Stupidity y más tarde en otras muchas noches y en aquella capilla musical sonarían todos los demás y a nosotros siempre nos pareció que esa guitarra a estacazos, poli rítmica, espídica, era algo excepcional. Y todavía más, el día que el invento del DVD cruzó las puertas del local e incansablemente reproducían el directo Going Back Home, ahí estaba la explicación. Aquel lunático Wilko Johnson moviendo la cabeza espasmódicamente de izquierda a derecha, meneándose como una peonza hacia delante y hacia atrás, con el único límite de la extensión de su cable encorchado rojo y, oh sorpresa, golpeando su guitarra frenéticamente con su mano abierta sin la ayuda de ninguna púa, a golpes, extendiendo y recogiendo sus dedos,  y creando ese ritmo frenético y esos riffs y solos esculpidos a manotazos. El complemento perfecto para ese cantante chulesco, borrachuzo, que cantaba también de forma nerviosa y con rabia, su nombre Lee Brilleux. Rhythm and Blues británico tocado con la fiereza y la actitud del punk... Dos años antes de su irrupción y cuando esta actitud aún no estaba patentada.

Con el tiempo oí decir la barbaridad de que las aptitudes guitarristas de Wilko tampoco eran para tanto. Permítanme diferir aunque sea obvio. Lo que caracteriza a los genios del instrumento es tener un sonido propio, a poder ser con estilo único en la mano derecha y secundariamente tener una actitud e imagen propia no heredada de anteriores próceres. Sinceramente, no se me ocurre mejor definición del toque Wilko Johnson. Su sonido debido al golpeo, tempo y ritmo aplicados, es único, su actitud encima de un escenario le pertenece. ¿Que dicho estilo sea más sencillo que el de otros? Puede ser… pero intenten ejecutar ese estilo, estarán llamados a fracasar y no creo que esté al alcance de muchos reproducirlo.

Y con estos antecedentes que se remontan ya unos cuantos años, a inicios de 2013 nos llegaba como un tortazo la dramática noticia. Al viejo Wilko le habían detectado un cáncer terminal de páncreas y le daban diez meses de vida. Y el bueno de Wilko tomó su decisión: a la mierda tratamientos, era tiempo de despedirse encima de un escenario como un viejo bluesman. La carretera había sido su vida y así se iba a despedir.

En octubre del pasado año venció el plazo y Wilko, a día de hoy, sigue dando guerra enfrentándose con situaciones un tanto surrealistas, como estar a punto de embarcarse en su segunda gira de despedida por Japón; y el tipo se lamenta: es embarazoso, van a pensar que no es cierto. Pero mientras la parca llama a su puerta, Wilko se ha embarcado en un último proyecto en estudio. Ni más ni menos que ha cruzado armas con el carismático cantante y líder de los Who Roger Daltrey. Les emparentan muchas cosas, para Wilko es una suerte de maestro. El título del mismo toda una declaración de principios: Going Back Home. Josetxo nos lo destripa...

Continuará...
Suena la corriente: "Stupidity" - Dr. Feelgood



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