lunes, 7 de octubre de 2013

The Sheepdogs / The Soul Jacket
Sala Azkena, Bilbao (04/10/2013)
En espacios abiertos


Había ganas. Y la prueba más palpable es una sala que cuelga el cartel de aforo completo y más de uno que se queda en la calle sin haber podido conseguir entrada. Pero es que una de las señas de identidad más destacables del Azkena Rock Festival es esa serie de nombres que no ocuparán las letras grandes de los carteles oficiales pero que dan consistencia y razón de ser a un evento como ese. Y en la edición de este año, The Sheepdogs dejaron a todo el mundo con ganas de más. (...)


Cierto que tenían ya varios lp’s recomendables, pero el homónimo publicado el año pasado sirvió de excelente tarjeta de presentación en la mayoría de los casos. Y contaron con un plus a su favor durante la actuación en Vitoria de la cita veraniega. Todos llegábamos de soportar un tedioso, irritante y musicalmente estrábico pase de unos Smashing Pumpkins con esa auto-creída deidad de Corgan al frente. Y necesitábamos sentir una música que estuviera viva. Ahí los canadienses triunfaron, en un show que fue excesivamente corto por razones atribuibles a aquella supuesta deidad.

Y sí, The Sheepdogs tienen la virtud de hacerte sentir vivo con un sonido que nace de las fuentes perdidas en el tiempo de una música no precisamente joven. No inventan nada pero todo lo hacen desde la convicción del amor por unos acordes y una actitud. Sobre un escenario que por momentos se les quedaba pequeño, por número y tamaño, sacan a pasear las esencias del rock sureño americano, pero lo hacen a su manera. Porque su recorrido musical no se ciñe exclusivamente a unos parámetros marcados por la tradición de los Allman Brothers, los Skynyrd o los más actuales Crowes. Chupan de ellos, pero parecen empeñados en demostrar un amor por la música más allá de estilos, paseando estructuras y melodías de los Beatles, boogie trotón en I need help, puro glam en Feeling Good, punteos deliciosos en Ewan’s blues, o paseando a toda la tropa de los Stones, los Faces, el sueño californiano de los 60 con aromas soul dictados a ritmo de trombón o las voces y coros que siempre ha adorado Neil Young. Y todo ello en canciones directas, de duración ajustada, sin mucho campo abierto para jams. Con semejante bagaje, uno no pone en su debe una escasa presencia escénica, porque, en este caso más que nunca, es la música la que habla.

Y si con sus antecedentes no sorprendió de ninguna manera la respuesta del público, somos de los que creemos que la banda elegida para acompañar y abrir el concierto tuvo algo que ver. Y es que los gallegos The Soul Jacket se marcaron el año pasado una burrada de disco, producido por el más necesario que nunca Hendrik Röver, de nombre Wood Mama. Toman el soul, el rock’n’roll, el country, sin miedo a mezclar el garage con el sol de las planicies americanas, y todo transformado en una fiesta, en la que no falta el espíritu de Joplin aún en la voz de Tony López, un espléndido trasunto del más celebrado Joe Cocker sobre el escenario de Woodstock. Una delicia es decir poco.

Suena la corriente: "Alright OK" - The Sheepdogs



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