jueves, 14 de febrero de 2013

Huey and The New Yorkers
Say it to my face (V2 Records / Bertus, 2013)
El criminal en solitario


Siempre me ha parecido curioso el caso de Fun Lovin’ Criminals. Cómo un grupo con tanta esencia callejera neoyorquina ha tenido mucho más predicamento a este lado del charco, y especialmente en el Reino Unido. Tal vez ese pastiche estético e ideológicamente urbano haya sido tomado más en serio por aquí que en su país natal. Aunque eso no tenga que suponer que se ha hecho desde la creencia de su origen serio. (...)


Porque tal vez su error haya estado más en esa suma de clichés y lugares comunes, esa mezcla de estética de banda mafiosa pero elegante, en continuo juego con las drogas, con músicas netamente urbanas, callejeras, que nacen en el soul, el funk, el rock, pero no dan la espalda al hip-hop. Y sin embargo, a pesar de reconocer que nunca he sido un seguidor de carné, Fun Lovin’ Criminals siempre me han caído bien. Cómo no me van a caer bien unos tipos, que lejos de querer dejar atrás los prejuicios desatados tras su debut, se atreven a titular su segundo disco 100 % Colombian, entre el sarcasmo, la ironía y la chulería.

Huey Morgan, cantante y guitarrista de FLC, no ha sido ajeno a la diferente aceptación territorial de la banda madre. Ejemplo del neoyorquino macarra, putero y fullero (sin que tengamos idea de que realmente lo sea), nombra a su primer trabajo en solitario como Huey and The New Yorkers, lo titula Dímelo a la cara, posa en actitud chulesca en la portada, trata temas eminentemente americanos en sus letras, pero obtiene el principal bocado del parné del que vive en las islas británicas. Hoy convertido en estrella mediática, tiene programas musicales y de entrevistas varias en la BBC. Y sin embargo aprovecha el parón en la actividad de los Criminales para volver a rendir pleitesía a su ciudad de origen (a pesar de su sangre puertorriqueña e irlandesa).

Ha sido presentado como disco de madurez, en sus ya avanzadas cuatro décadas, lo que habitualmente supone un ya no tengo muchas ideas, pero aquí sigo. Y sin embargo, para mi propia sorpresa, ha entrado más a gusto de lo que yo pensaba y el reproductor lo ha trabajado en más ocasiones de las previstas. A ver, no es una obra de las que cambien un destino, pero se antoja honesta y por encima de la media. Mantiene las esencias propias de FLC, ese aire funk-rock general, acaso con menos agresividad y más soul. Pero no duda en atreverse con baladas de órgano y rock americano clásico (Shaniqua), ejercicios de country y slide (Fall into me), blues de ambiente gospel (New York Bluez) o toques de folk arrastrado (She gone). Y todo acariciado con esa voz grave de fumador empedernido y orgulloso de ello (por cierto, en nuestra copia aparece con un cigarrillo en la portada, y en otras sin él). No, no es Tom Waits, y en casos se asemeja más a Chris Rea, pero agrada. Y sus habituales letras irónicas lo mismo hablan de un jugador de béisbol golpeando la bola en pleno viaje de LSD que del soldado que llega tarde a casa para pasar las fiestas de Navidad.

Y aquí estoy, pinchándolo otra vez. 
Será que ando en la misma cuarentena avanzada?

Suena la corriente: "Christmas by the side of the road" - Huey and The New Yorkers


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