viernes, 6 de febrero de 2004

Caníbales

Un tipo bien informado como yo (hoy era del todo necesario para mi estima comenzar con un poquito de autocomplacencia) ha leído mucho sobre la gripe aviaria que está produciendo el contacto directo con pollos, gallinas y otras aves en el sudeste asiático, y la posibilidad de su contagio a los humanos.
Tampoco puedo olvidar toda la información asimilada sobre diversas alarmas alimenticias: la neumonía atípica china producida por la ingesta de un tipo de castor, el tremendo pánico causado por el mal de las vacas locas, la ya sempiterna peste porcina, por no hablar de toda clase de males producidos por el género animal (peste equina, picaduras de mosquitos,...).

Tal como están las cosas, uno se plantearía seriamente hacerse vegetariano. Pero claro, entonces recuerda todo el tema de los vegetales transgénicos. Bueno, nos quedan los productos naturales. Eso sí, tampoco podemos olvidar el uso de pesticidas. Si pienso en pescados, no olvido los vertidos. Y si me centro en cualesquiera otros productos, el listado de grasas y conservantes me echa para atrás. Incluso hoy he leído en el periódico (El País, así que como es de pago, no hay enlace, que son muy suyos, y yo también) que se han creado ratones transgénicos que fabrican grasa de pescado saludable. ¡Esto ya es el colmo! ¿Cómo va a ser saludable "eso"?

Por ello, cada vez estoy más convencido de que el caníbal alemán (aquél que mató y se comió a una persona que se había ofrecido para ello a través de Internet) era un auténtico avanzado. Tal vez sea ese el único futuro que nos quede, devorarnos unos a otros. El hacerlo a lo bestia u organizadamente, ya es otra cosa.

Aunque claro, también tengo mis dudas sobre la salubridad de la carne humana. Imaginaros que me toca comerme a un tipo como Aznar. La "pirrilera" sería tan grande que podría hacer que me fuera enterito.



Suena la corriente: "Summer cannibals" - Patti Smith