martes, 7 de julio de 2015

T Bone Burnett
El lustro prodigioso 2007-2012 (Parte I)


*Autor: Jaime G. López "Desperdicios"

La primera noticia musical que tenemos del protagonista de nuestro artículo, Mr. T Bone Burnett (cuyo nombre artístico remite al del bluesman tejano T Bone Walker) se retrotrae a la camarilla de gitanos que rodeaba a Dylan a mediados de los años 70 alrededor de la bautizada como Rollin' Thunder Revue. (...)

A quienes se unió como componente más joven junto a los Stoner, Ronson (con quien compartía tareas a la Gibson Les Paul), McGuinn, Rivera, Baez, Jack Elliott o Neuwirth. No es un mal elenco con el que desvirgarse. Durante las siguientes décadas compaginará su tarea de músico en solitario o junto a bandas (como Alpha Band) y productor, faceta ésta en la que nos queremos centrar en este artículo y más concretamente en su labor durante los años 2007 y 2012.  

En el currículo como productor de T Bone Burnett se agolpan desde el principio artistas y discos de renombre como Los Lobos (How will the wolve survive), Costello (King of America y Spike) o Roy Orbison (Black & White Night y Mistery Girl). Pero ha sido en los últimos 8 años cuando su nombre ha estado involucrado a una serie de lanzamientos que para nosotros han resultado de lo más atrayente. Nos atrevemos a decir que ha sido capaz de dotar de una sonoridad propia a dichos trabajos que hacen reconocible su firma como productor, lo que nos ha llevado a seguir la mayoría de sus lanzamientos. Cierto es que en dichos trabajos se ha encontrado con artistas buscando dar un paso diferente, desmarcarse de su pasado más reciente o incluso histórico. Artistas que se han presentado ante él sin el sobrepeso de una formación ya establecida, con su personalidad, haciendo más sencillo (vía los instrumentistas aconsejados por el productor) conseguir ese sonido pantanoso, de atmósferas pesadas, altamente reverberado, caracterizado por guitarras lánguidas y bases de batería recreando el tom-tom de la selva.

Podríamos decir que el pistoletazo de salida en realidad se dio en el año 2000 con la película de los Hermanos Coen O’Brother, Where Art Thou? (que ganaría un Grammy en 2001) con aciertos tan sorprendentes como aquel Man of Constant Sorrow pasado por la batidora hilbilly. El enorme éxito cosechado por aquella banda sonora volvió a poner a Burnett en el mapa preferentemente de Hollywood, donde se encargaría en los años siguientes de las bandas sonoras de films relevantes como Cold Mountain (2003) y  I Walk the Line (2005).

Y así llegamos a 2007 y la primera joya de su etapa moderna como productor. Nos referimos al trabajo que unió a un Robert Plant en horas bajas con la musa country Alison Krauss bajo el título de Raising Sand. Con una banda de lujo que incluyó a Marc Ribot (artífice del sonido Waits desde los tiempos de Island Records) y el propio Burnett a las guitarras además de instrumentación de raíces country como banjo, pedal steel, contrabajo y guitarras acústicas. Un fabuloso repertorio que incluía joyas de malditos del género como Gene Clark (la recuperación de esa gema escondida, Poly) o Townes Van Zandt, junto a clásicos como los Everly Brothers (Gone, Gone, Gone), Allen Toussaint o Tom Waits (en una entonces reciente y muy delicada Trampled Rose). La pareja se repartía tareas vocales en solitario con el apoyo del otro (Please read a letter , Sister Rosetta Goes before us) o en soberbios duetos (Rich Woman, Killing the Blues). Pero tan importante como las estupendas interpretaciones vocales era la instrumentación dotada por el equipo de Burnett, tanto la banda como los controles. Prueba de ello es que el propio Plant no se ha vuelto a acercar en posteriores trabajos ni de lejos a lo logrado en aquel disco en que repertorio, sonoridades e interpretación se juntaron para conseguir algo mágico.  

Su siguiente gran producción la encontramos junto al vástago de su primer valedor, Jakob Dylan, en el fantástico Women & Country (2010). La primera colaboración de ambos se remontaba al trabajo de Wallflowers Bringing Down the House (96). Pero ahora Dylan buscaba reencontrarse en un formato más desnudo e intimista y qué mejor persona que T Bone para sacar oro de las diez composiciones originales del pequeño de los Dylan. Las sonoridades de We don't live here anymore, Yonder comes the Blues o Nothin but the Whole wide World con los refuerzos vocales femeninos (de Neko Case) nos retrotraían al trabajo anteriormente mencionado, con similares sonoridades y atmósferas. De hecho, los nombres de Greg Leisz (guitarra, pedal steel) y Jay Bellerose (batería y percusión), junto a los de Ribot y T Bone, se repetían. No es descabellado decir que canciones como Truth for a Truth no volverán a repetirse en la carrera de Jakob, testigos de su paso por Sos del Rey Católico comprobamos que la alargada sombra de Burnett se extendía hasta su propuesta en directo, igual de atmosférica que en el disco.

Ese mismo año, nuestro estajanovista protagonista se hacía cargo de revitalizar la entonces adormecida carrera (mas allá de sus fans acérrimos) de John Mellencamp (o John Cougar, como le recordarán los más viejos del lugar). No Better Than This partía de una singular propuesta que no sabemos a quién correspondía, si a músico o productor. Grabar en escenarios históricos de la música norteamericana. Incluyendo los estudios Sun Records de Memphis, el hotel Gunter de San Antonio, donde el bluesman Robert Johnson grabó la piedra Rosetta del Blues del Delta o la primera Iglesia Baptista afroamericana en Savannah, Georgia. El disco se grabó de manera minimalista, con una vieja grabadora portable Ampex y un solo micrófono ambiental, a la manera en que se realizaban las antiguas grabaciones de folk y blues. Y el resultado tiene un aura fantasmal, vetusto y orgánico. El trabajo basculaba, como los lugares de grabación escogidos, entre el rockabilly No One Cares About Me y No better than this, el blues The West End o Right Behind Me (con violín y sonoridades de western swing), pero también medios tiempos alegres con aires gospel,  Save some Time o Thinking about you

Además, en ese mismo 2010, firmaba las producciones del aclamado National Ransom de su amigo Elvis Costello y The Union, encuentro de un recuperado Leon Russell con su incondicional fan Elton John. A pesar de nuestras prevenciones, el trabajo resultaba paladeable.

(Continuará...)





Suena la corriente: "Man of constant sorrow" - O Brother, Where Art Thou?








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