jueves, 29 de mayo de 2014

Majestico
When kingdom come (ATO Records, 2014)
La neurona desquiciada


Curioso tipo este Graham Fitzpenn. Pareciera una más de esas psiques desquiciadas por los grasientos sonidos que pululaban en los Nuggets, los Pebbles, y demás píldoras del submundo psicodélico y garagero. Y hace honor a su desquiciamiento. Primero, bautizándose con un nombre tan feo como Majestico, que a primeras puede remitir a cualquier cosa menos a lo que se trae entre manos. (...)


Pero uno comienza a entender los cables cruzados en su cabeza una vez lee su propia presentación: Majestico was born from the breath of a new America, a land at the end of reason, where dogma meets God. Sí señor, no seremos nosotros quienes le llevaremos la contraria. Y menos cuando explica que creció en un bungalow al lado de un zoo y los sonidos de los monos y los elefantes fueron sus primeras influencias. Ese juego selvático ya trastornó mentes tan alucinadas como las de los Fleshtones, los Cramps y tantos otros.

Así que el bueno de Fitzpenn grabó un primer disco del que apenas se enteraron sus compañeros cuadrúpedos, y un ep posterior del que ahora recupera alguna canción para su debut real. Y debe haber aún algún resto de raciocinio. Porque lo edita con ATO y lo ha grabado en Nashville, en los Bomb Shelter Studios, producido por Andrija Tokic. Vamos, que ha sido apadrinado por toda la estela detrás del fulgurante ascenso de Alabama Shakes. Unos Alabama Shakes que se lo llevaron de gira como telonero. Amigos, además de los del zoo, no le faltan.

Pero no nos confundamos. Su punto de unión con Brittany Howard y compañía reside únicamente en los comunes gustos que puedan tener por la historia más oscura del rock americano. Porque lo suyo se aleja de la grabación de lujo y cálida para adentrarse en el lo-fi descacharrante con todos los aditivos pre, in y post punk que uno quiera ponerle. Puro garage, puro alto voltaje, pura energía que regurgita el rock, el country, el folk, el blues en la licuadora lisérgica en la que ha convertido su mente. Ya sabemos que no inventa nada, ni lo pretende. Pero si este disco hubiera sido grabado en plenos años 80, cuando todo aquello del Nuevo Rock Americano y el revival garagero, uno hubiera pegado más de un bote. Esa apertura con I just want to bien la hubieran podido firmar los Green On Red más psicodélicos. Gimme Love tiene la sucia pulsión de unos Cramps, y un pildorazo como La La Gulag reúne los riffs de los Stooges con las bufandas de plumas que paseaba el glam más petardo. Love is God rastrea los caminos del Monoman, Terrify no sonroja al cabalgar country rockerizado y mentalmente extraviado y Black Giraffe no evita las guitarras acústicas. Igual que Kiss on time vuelve a olisquear las bragas del glam o Atropa Belladonna Blues sabe arrastrar la música negra.

Fitzpenn sabe jugar con la mística que suele rodear toda lisergia (en vídeos más de una vez ha vestido cual chamán indio) y asume a la perfección su papel de revulsivo.
Fresco y picante al mismo tiempo.
* Compra el disco a través de ATO Records o de tu dealer habitual
Suena la corriente: "La La Gulag" - Majestico

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