miércoles, 20 de marzo de 2013

Quique González
Delantera Mítica (Last Tour Records, 2013)
El vals de los amigos


Dice Quique González en la entrevista que concede este mes en Ruta 66: Este disco me ha costado más que cualquiera de los otros. Antes era como más fluido todo… Ahora te exiges mucho más.  Y sin embargo, cuando me enfrentaba a las primeras escuchas, la impresión que tuve fue exactamente la contraria. (...)


Una sensación de perfecta fluidez en todas las canciones, un discurrir manteniendo el ritmo, sin sobresaltos, y un pensamiento que se va imponiendo: hay gente que tiene una envidiable capacidad para crear canciones redondas, en formato, en estructura, en melodías, en lírica, dejando la  sensación de qué fácil hacen algunos lo que para otros es un muro inaccesible. Así que leyendo sus declaraciones unos días después, deberemos aceptar que el mundo de la composición tiene vericuetos muy distintos a los que percibe el oyente. Y por mi parte, no veo mayor piropo para un disco que el hecho de que se establezca esta distancia entre ambos mundos necesarios para la obra.

Y hemos de admitir que muy posiblemente llevemos mucho tiempo en su misma frecuencia. A raíz de la cierta polémica desatada por el título, aceptaremos que apenas nos enteramos de la misma, y que Delantera Mítica inmediatamente nos trajo imágenes de fútbol y de amigos. Porque siempre hemos considerado que las letras de Quique González son una sucesión de flashes, de sentencias aparentemente lógicas encerradas en sí mismas, pero que una vez unidas, dan perfecta consistencia al objeto de la canción. Y podemos sentirnos identificados con esas continuas referencias americanas, porque no en vano hemos bebido de las mismas fuentes, hemos crecido con escuchas que se nos antojan deben ser muy similares. Y si en este disco observamos un añadido desencanto con toda la situación social y política con la que nos están ahogando los mandamases del oprobio, tampoco seremos nosotros los que nos sintamos ajenos a ello. Ni mucho menos. Pátina de cabreo que intuimos en frases aquí y allí, más allá de ese directo ¿Dónde está el dinero? en que lo deja bien clarito.

Y el disco crece a cada escucha hasta convertirse en el que con más cariño ha girado en el reproductor de toda su discografía. Es su mejor trabajo? No lo sé ni me importa mucho, lo que sí sé es que, hoy por hoy, es el que más necesitamos. Desde ese impactante inicio con Tenía que decírtelo, con un estribillo cerca de la perfección y esa explosión rock final. Pero las guitarras que anuncian La fábrica ya indican que no es cosa de una canción. Y queda confirmado con esa ranchera de frontera y borrachera de tugurio sin luz y cabeza pesada, Dallas - Memphis.  Una delicia nostálgica y de aire pesimista que tal vez se extienda al resto del disco. Pero tampoco podemos esperar mucho más de la vida si hasta Dios se ha largado sin pagar la última ronda.

Y es que más allá de los medios tiempos rock, como Parece mentira o Viejos capos, y los arreglos de cuerda que acarician Me lo agradecerás, hay tres canciones arrastradas que están llegando a obsesionarme. Las chicas son magníficas consigue lo que dice en el estribillo, que temblemos, Delantera mítica es ese canto al sentimiento pasado y no olvidado, y éste siempre encuentra abrigo en los amigos de la espléndida No encuentro a Samuel.

Producido por Brad Jones, grabado en Nashville y con la inmensa ayuda en su gestación de César Pop, cierra el disco y el círculo la versión castellanizada de Is your love in vain?, donde bailan el vals del rock Dylan y Quique mirándose cara a cara, sin complejos, mientras son observados por otro dylanita de pro, Calamaro. Nunca las voces de Quique y de éste habían sonado tan similares.

Y nosotros nos unimos al vals.

Suena la corriente: "Tenía que decírtelo" - Quique González



2 comentarios:

  1. A mi personalmente me gusta mucho. Hago como tú y no pierdo el tiempo con listas o comparativas, cada disco es un mundo. Buena reseña Red.

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    1. Es de lo que se trata, disfrutarlos con lo que son cada uno...
      Gracias!

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