Que el marketing es capaz de hacer milagros, en todos los órdenes de la vida, es algo que ya tenemos asumido. Todo sea por el objetivo, confesable, de aumentar las ventas, sean éstas productos industriales, de gran consumo, o, cómo no, productos culturales. Que un grupo musical que ha aireado a lo largo de los años sus desavenencias encuentre la paz y el amor de nuevo coincidiendo con su 50 Aniversario, no deja de tener cierto olor a campaña de mercadotecnia. Más si son The Beach Boys. (...)
Las relaciones de un genio errático, musical, personal y psíquicamente, como Brian Wilson con el resto de compañeros vivos (desaparecidos ya Dennis y Carl Wilson) han sido bastante tortuosas durante los últimos años. Mike Love y Al Jardine han estirado hasta límites ridículos y sonrojantes el legado de la banda, ante la displicencia de Brian Wilson. Por eso, cuando se celebra este año el 50 Aniversario de una de las bandas, no lo olvidemos, fundamentales en la historia del pop, que anunciaran su reunión para una gira mundial, no dejaba de oler a campaña. Acompañados por Bruce Johnston y David Marks, importantes en el devenir del grupo, era lo más parecido a la formación original que podíamos tener sobre un escenario.
Sin embargo, ya saltó la sorpresa cuando además anunciaron la publicación de un disco completo con temas nuevos. Eso sí que no lo necesitaban. Podían haberse limitado al grandes éxitos de rigor, y a nadie le hubiera extrañado. Así que las recientes declaraciones de amor, de ser una gran familia que ha trabajado en diferentes direcciones pero siempre unida por el querer fraternal, quedaban en cierto modo en stand-by hasta ver los resultados. Brian Wilson es una personalidad compleja, y era deseo general que no se continuara manchando la historia de los creadores de alguna de las canciones más perfectas que ha producido el pop, y alguna de las obras fundamentales de la historia de la música popular del siglo pasado (Pet Sounds y el culebrón Smile).
Y éste parece el momento de poner en solfa nuestras dudas. Los dos conciertos que han ofrecido estos días en España están recibiendo críticas más que aceptables. Y su nuevo trabajo, That’s why God made the radio, es una obra más que digna, su mejor disco en más de 30 años.
Es esto posible? Sin duda, si la implicación de Wilson es suficientemente sincera. Y así lo parece. Dejando espacio para que respire incluso Mike Love (aunque debamos olvidar la canción más floja de todo el disco, Spring vacation, puro sonido melifluo), Wilson ha dejado su pátina en todas las canciones, y demuestra que sigue reteniendo esos instantes geniales para redondear melodías eternas. Así que nos encontramos ante unos Beach Boys resucitados, donde las voces vuelven a componer sus reconocidas capas, las melodías a desfilar sin excesiva autocomplacencia y el resultado general a evocar los días gloriosos. Que sí, que no volverán, que el disco tiene bajones de importancia, pero que al menos no quedan de nuevo ridiculizados.
Capaces de comenzar con una obertura preciosa y arriesgada por contrapuesta, Think about the days, y dar paso a canciones, así, como suena, canciones, como That’s why God made the radio, Isn’t it time, Shelter o The Private life of Bill and Sue. Canciones luminosas, felices, de puro sol, verano y salitre. Aunque buscando recovecos, la preeminencia de la palabra back, ya sea vuelta a la playa, a tiempos pasados, al amor perdido, pueda resultar una declaración encubierta de la retomada actividad grupal.
Pero la edad, y la afición a la reflexión madura de Brian Wilson se deja notar en, posiblemente, la parte más interesante del disco, ese final con cuatro canciones que rondan el tiempo, el pasado y la muerte. Strange World, From there to back again, Pacific Coast Highway y Summer’s gone devienen una especie de suite en cuatro actos plena de belleza. Y capaz de terminar el disco con cuatro estrofas definitorias de toda una vida:
Summer’s goneSuena la corriente: "From there to back again" - The Beach Boys
I’m gonna sit and watch the waves
We laugh, we cry,
We live then die
And dream about our yesterday
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